Aquella Perla... / Don Enrique Varela es insustituible

AutorAlberto Gómez Barbosa

Una vida entera de entrega en beneficio de Guadalajara, labor infatigable, discreta pero apasionada, puede ser de forma muy breve, la descripción de la existencia de don Enrique Varela Vázquez, quién nos dejó el pasado día 23 a la edad de 91 años.

De familia muy cristiana, su padre fue miembro de la congregación de San José, del Padre Manuel Diéguez.

Vecino en niñez y primera juventud del Barrio del Santuario, cursó estudios desde la secundaria hasta filosofía en el Seminario Diocesano de Guadalajara, lo cual propició su sólida formación humanística.

Luego de dejar el seminario, se convirtió en laico muy activo, desarrollando una importantísima labor como mediador entre los poderes religioso y político en tiempos difíciles para ese acercamiento que tanto impulsó, logrando contactos de gran trascendencia de los que, debido a su modestia se negaba a comentar, pero que debían ser dados a conocer para el mejor conocimiento de esa etapa de nuestra historia.

Su primer empleo fue la dirección en esta zona de una compañía internacional de lubricantes de donde pasó a la gerencia de la Cámara de Comercio de Guadalajara, en 1958, donde aparte de cuidar la prestación de servicios y asesoría a los socios, impulsó proyectos y formación de agrupaciones de gran beneficio para la comunidad tapatía y jalisciense como el Consejo de Colaboración Municipal que facilitó la realización de obras de mejoramiento sobre todo en zonas populares.

Fue impulsor junto con su constructor, Guillermo Brockman, del primer centro comercial de América Latina: Plaza del Sol, y fundó y promovió el Instituto de Estudios Históricos Ignacio Dávila Garibi.

Promovió la realización de actos...

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