Armada de México: Una comunidad flotante

AutorNorma Dávila

MURAL / Corresponsal

MANZANILLO.- La vida aquí se vive similar a la de otras sociedades. También se tiene un sistema de organización social que trabaja en armonía para cumplir las labores cotidianas y satisfacer necesidades.

Pero aquí el territorio es una pequeña área delimitada por forjados barandales de acero, donde la vida de decenas de marinos flota libremente al vaivén de las olas.

Se trata de la tripulación de un buque de la Armada de México, quien adopta su trabajo como un estilo de vida, dice sonriente el Contralmirante Víctor Francisco Uribe Arévalo, comandante de la plantilla de buques destructores.

"Ser marino no es un trabajo, es una forma de vida, el personal que se recluta inicialmente viene con la idea de que es un trabajo, pero con el tiempo se dan cuenta por ellos mismos si esta forma de vida es la que les conviene o no; el que no le gusta pide su baja", dice Uribe Arévalo.

Los marinos además de cumplir con un rol de guardia de navegación asumen otras tareas que tienen que ver con el óptimo funcionamiento del barco, el satisfactorio de-sempeño de la misión asignada, y el adiestramiento, pero sin olvidar el tiempo para el esparcimiento.

"Como cualquier persona, (los marinos) se enferman de amigdalitis, por el estrés en el que viven; es muy común que tengan dolor de cabeza y malestares estomacales porque hay veces que le entran duro a la comida o se traspasan, problemas como en cualquier lugar, es como una comunidad aquí", comenta por su parte Maestre Cisneros, médico del buque destructor Nezahualcóyotl de la Fuerza Naval del Pacífico.

Para muchos de los que navegan en altamar la familia es la principal ancla que los hace añorar la tierra firme, pero para otros es el espíritu de aventura uno de los motivos que influyen para decidirse a zarpar.

"No es pesado estar navegando, se hace un poquito pesado por el hecho de estar pensando en la familia, que no se está cerca todo el tiempo, pero con el apoyo de ellos es bonito este oficio", comentó el teniente de navío José Rafael Díaz Guzmán, quien se desempeña como oficial de guardia.

La mayor parte de la tripulación del Nezahualcóyotl es originaria de los estados de Chiapas, Tabasco, Guerrero y unos cuantos son de Colima, pero todos tienen que acostumbrarse a las constantes rotaciones de puerto y a dejar a la familia en sus lugares de origen porque es costoso trasladarla.

"Soy casado y tengo dos hijos, ellos radican en La Frontera, Tabasco, están allá, no los puedo traer porque está...

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