#AsíLoVeo / Viva la FIL

El 2020 es un año de claroscuros. En particular, el fomento e impulso al libro y la lectura ha sido tan afectado como otros: la cadena del libro estuvo prácticamente en pausa en todo el mundo desde febrero al detener los pagos de anticipos por contratos, regalías y adelantos para autoras y autores; las librerías cerraron y algunas de las ferias más influyentes del mundo tuvieron que posponerse, cancelarse o volverse virtuales, como sucedió como Bolonia, Barcelona, Buenos Aires, Madrid, Bogotá o Londres.

El tema de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara es más complejo: se trata de uno de los eventos editoriales más trascendentes, casi después de la Feria del Libro de Fráncfort; Guadalajara tiene un ingreso de más de 80 mil personas diarias; dos mil 400 editoriales y 18 mil profesionales del libro se dan cita cada año. Además, este año recibirá el Premio Princesa de Asturias por sus contribuciones sociales, culturales y económicas.

Si bien lo más importante es la salud de todos y la estabilidad económica de un sector de por sí históricamente golpeado por el nivel de lectura que tenemos en México y por la dependencia de la venta al Estado, suspender la FIL no es la mejor opción en este escenario. El comité organizador ha planteado opciones alternas como mantener una ocupación en Expo Guadalajara por debajo del porcentaje que indiquen las autoridades en materia de salud o desarrollarla en dos sedes: la habitual en Expo Guadalajara y una segunda en el Centro Cultural Universitario de la UdeG, a fin de minimizar la densidad de ocupación.

Ir a ferias del libro es más que encontrar amigos, dar-conseguir autógrafos o comprar ese ejemplar inesperado o aquel...

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