Asperger: Como genios incomprendidos

AutorGeorgina Montalvo

Aunque algunos lo parezcan, no son genios inadaptados ni niños y niñas inquietos que desobedecen porque quieren hacer enojar a sus padres o maestros. Pequeños con dificultad de adaptación a un grupo o para seguir reglas pueden tener un trastorno llamado Síndrome de Asperger (SA).

Este síndrome se ubica dentro de los "trastornos del espectro autista", pues en los últimos años se definió que el autismo no es uno solo, sino que tiene variantes en cuanto a limitantes e intensidades en cada caso, y una de ellas es el

Asperger, explica Carlos Marcín, director general de la Clínica Mexicana de Autismo (Clima).

"En México, el síndrome de Asperger no es muy conocido. Realmente, a diferencia del autismo, que se conoce desde la década de los 50, éste se conoce desde los 80, y en México empezamos a escuchar de él hasta 1995", explica el experto.

Además de confundirlo con autismo, ha sido común que el diagnóstico que se da a estos niños es el de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o de trastorno obsesivo compulsivo.

"Empezamos haciendo diagnóstico en muchos niños, pero, cuando empezamos a difundir, muchos adultos se identificaron, o los papás de los niños se identificaron a ellos mismos o a algún miembro de su familia porque existe una base genética y, muchas veces, un alto nivel de funcionamiento", agrega Carolina Campos, psicóloga clínica cofundadora de Clima y de la asociación civil Asperger México.

DISTINTA SINTOMATOLOGÍA

Las variantes del SA son múltiples, pero hay lineamientos generales que ayudan a los especialistas a hacer el diagnóstico.

"Hay muchos síntomas, pero no todos los niños presentan todos en la misma intensidad. Sin embargo, sí coinciden en tener dificultades en el área de comunicación y lenguaje, en la interacción social y en la parte cognitiva", aclara Campos.

Los niños con SA suelen contar con iniciativa y estar motivados para convivir con las personas, pero lo que no tienen es cognición social, es decir, no saben cómo relacionarse, indica Marcín. Además, tienen dificultad para seguir la conversación del otro porque él quiere platicar sólo de lo que a él le interesa, no desarrolla empatía y, por lo tanto, no le interesa lo que el otro quiere decir.

Esta situación es la que les genera mayor frustración porque sí quieren relacionarse, pero fallan una y otra vez. La torpeza en sus movimientos es otra característica, pues, además de tener dificultad para calcular los espacios, tienen poca fuerza y tono muscular.

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