Atesora Vizcaínas archivo histórico

AutorYanireth Israde

·"¿Cómo estaban tan politizadas unas niñas que todo el día bordaban?", se intriga la historiadora Ana Rita Valero.

Corría el siglo 19 en el Colegio San Ignacio de Loyola "Vizcaínas", donde las jóvenes vivían enclaustradas, pero cuando el cura independentista del Salto del Agua tomó las calles para propagar la insurrección, las estudiantes lo aclamaron desde la azotea.

"Fue un escándalo en el colegio. Los cofrades se enojaron con la rectora; cómo era posible, decían, que hubiera en el colegio esos núcleos subversivos", cuenta la responsable del Archivo Histórico José María Basagoiti del Vizcaínas, fundado para criollas -niñas, doncellas y viudas- en desamparo.

Única institución educativa en México sin suspender actividades desde su apertura en 1732, guarda en su acervo, reconocido como Memoria del Mundo por la UNESCO, al menos un episodio de cada época histórica.

Allí se refugió el ejército estadounidense en 1847, durante la invasión a México; Benito Juárez intentó cerrarlo en la época de La Reforma. No pudo porque no dependía de la Iglesia sino de capital privado; Porfirio Díaz acudía al colegio, cada fin de cursos, para premiar a las niñas aplicadas y durante la Decena Trágica, en la época de la Revolución, el diluvio de balas quemó la ropería.

"Es el único caso que no ha cerrado sus puertas desde su fundación hasta el siglo 21", enfatiza Valero.

Escenario de bodas para personajes de la farándula -allí se casaron, entre otras parejas, Lucero y Mijares- el colegio concentra en su Archivo Histórico documentos prácticamente desconocidos que testimonian los alcances intelectuales de las mujeres novohispanas, como la insurgente Josefa Ortiz de Domínguez, que estudió allí un par de años.

"En algunos ámbitos se ha dicho que las mujeres eran analfabetas. Este archivo está para demostrar lo contrario. No sólo no eran analfabetas, sino que manejaban grados finos de instrucción en términos de la época".

La UNESCO ha reconocido precisamente la información que proporcionan sus colecciones sobre la educación femenina, porque además de "labores mujeriles", como el primoroso bordado en hilos de oro y plata, aprendieron música, aritmética, escritura,y más adelante contabilidad, biología, física o química.

"En aquel entonces, la que se desligaba de un hombre, porque el papá murió o porque el hermano no estaba, ni el tío, ni el padrino o el marido, enfrentaba una situación muy dura", recuerda la especialista.

Las leyes, puntualiza, no consideraban a las...

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