Aura: La vida de la muerte
| Autor | Hugo Valdés Manriquez |
La controversia ha signado sin duda la obra y vida del escritor Carlos Fuentes, a despecho de que buena parte de sus libros sea fundamental en y para la historia moderna de las letras mexicanas. Desde "La Región Más Transparente", Fuentes ha sido para muchos una especie de conciencia incómoda, papel reforzado por su presencia carismática y polémica en los medios masivos de comunicación, inusual en un país donde ese papel les ha correspondido a los políticos y figuras del espectáculo.
La óptima cosecha del 62
Igual que su primera célebre novela, "Aura" no ha escapado al sino controversial de su autor. Con la otra que publicaría también en 1962, "La Muerte de Artemio Cruz", brillante y lúcida reflexión sobre el corrupto periodo que devino el panteón revolucionario una vez que se institucionalizó, no pasaría de modo diferente; pero nunca fue Fuentes más justo que al pulverizar así la visión que se tenía de la política al uso. "Aura" parecería todo lo contrario de la galopante agonía del viejo general por cuanto que sus territorios no están en las antesalas y en las fuentes mismas del poder, sino en un microcosmos de sombras y ambigüedad en el que basta abandonarse sólo un poco para caer en la locura o el horror. Sin embargo, en una entrevista que le dio a James R. Forston a inicios de los años 70, Fuentes vio ambos trabajos, nacidos a un tiempo, como necesariamente complementarios: mientras que "Artemio Cruz" narraba la muerte de la vida, "Aura" por el contrario discurría en la vida de la muerte.
La fascinación perdurable de 'Aura'
El punto en común que inmediatamente salta entre ambos textos es el uso de la segunda persona del singular. Si en "La Muerte de Artemio Cruz" se antoja una suerte de bárbara confrontación entre el erizado lenguaje del que se vale Fuentes y su personaje inerme, en "Aura" servirá para otros fines. Aquí fluirá como una cadencia hipnótica capaz de involucrar al más despistado, transmitiéndole sin mayor problema esa lógica de la predestinación en la que se va comprometiendo el joven historiador Felipe Montero hasta que, al mismo paso que un lector ahora estrujado y perplejo, descubre que la vida que llevó es una simulación, una piel pasajera que esperaba mudar para volver a la anterior: la original del general Llorente, arrebatado a la muerte por una Aura-Consuelo que prefiere usufructuar su amor en esta vida y no, según nos dice su terca longevidad, en un más allá inaferrable.
Pero el lenguaje que recorre la nouvelle se...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba