Auschwitz en el Pacífico

AutorYolanda Monge

El País

Madrid.- Caer dentro del Partido, limpiar el polvo del retrato de Kim Jong Il o el de su padre Kim Il Sung, intentar escapar a China, lograr salir pero ser repatriado, quedar embarazada de un hombre chino, tararear una canción pop de Corea del Sur, querer comer y para ello tener que robar.

Por "delitos" como éstos, unas 200 mil personas están en campos de trabajo y concentración en Corea del Norte, en donde torturan y ejecutan. Las muertes por hambre y agotamiento son altísimas.

Estos datos fueron revelados esta semana en un informe del Comité Estadounidense de Defensa de los Derechos Humanos en Corea del Norte, un grupo formado en Washington.

David Hawk, autor del informe titulado "El Gulag Escondido: los campos de prisioneros de Corea del Norte", explicó que existen al menos 36 campos de prisioneros diseminados por todo el país y se denominan Kwan-li-son (campos da trabajo para delitos políticos) y Kyo-hwa-so (campos de trabajo para condenas de larga duración).

Hawk, ex investigador de derechos humanos de la ONU, entrevistó a más de 30 antiguos prisioneros y ex guardias de los campos de concentración.

"Son esqueletos andantes, hombres minimizados, tullidos cubiertos de harapos", relata un ex guardián.

Kim Tae Jin fue prisionero en el campo número 15, en Yadok. Su trabajo consistía en meterse hasta la cintura en un río helado y recoger piedras del fondo para construir un dique. "Era un plan asesino", aseguró, "se moría de frío y si no era así se te caían los dedos de los pies y de las manos congelados".

Kim, quien comía raíces, plantas, ratas y víboras, fue golpeado hasta perder el sentido, pero cuenta que había otra tortura peor: al no poder bañarse las pulgas y piojos se lo comían vivo.

El "mejor...

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