Aventura en el río

AutorAnaline Cedillo

ENVIADA

BIJAGUA, Costa Rica.- Luego de andar por los senderos del Parque Nacional Volcán Tenorio y bajar 252 escalones para estar cerca de la cascada del río Celeste, es hora de relajar el cuerpo y refrescarse en su caudal.

Equipados con cascos y salvavidas, los viajeros se alistan para fluir a lo largo de unos 4 kilómetros en un tramo permitido a bordo de llantas inflables.

Esta actividad -muy parecida al rafting, pero sin remos, y llamada en inglés tubing- comenzó a desarrollarse formalmente en el destino a partir de 2013.

"La idea surgió desde que era pequeño, ya que mis amigos y yo solíamos ir a los ríos y tirarnos a los rápidos con neumáticos de carros", cuenta Odir Rojas, guía y director general de Onca Tours, la compañía que propone este recorrido.

Hay varias formas de navegar la corriente: algunos eligen sentarse sobre la llanta y dejarse llevar, otros se ponen boca abajo sobre la llanta y reman con los brazos, alcanzando mayor velocidad y control. Los más intrépidos hasta se ponen de pie en los tramos calmos del recorrido. De cualquier manera, hay que estar muy atento en los rápidos para evitar golpearse con las piedras.

Los grupos son de máximo 10 integrantes por salida de entre 5 y 65 años de edad, quienes siempre van acompañados de tres guías.

Más allá de su espectacular color, Rojas destaca que el río Celeste es un atractivo para los turistas que quieren recorrerlo haciendo tubing puesto que es seguro -aunque su caudal aumente, no representa un riesgo para los aventureros- y los accesos para entrar y salir con las llantas son ideales.

En el trayecto se llega a varias pozas donde se puede recobrar el aliento para seguir bajando por los rápidos.

Es cuando se vuelve a reparar en la exuberante vegetación que distingue a Costa Rica. La frase tica por excelencia, "¡Pura vida!", sí le hace justicia a esta tierra.

De acuerdo con el experto, los meses en los que el río normalmente está bajo son marzo y abril, aunque el caudal puede bajar si las lluvias no son constantes. Entonces es necesario trasladar la actividad al cercano río Frío.

Tras aproximadamente una hora y media de paseo, se llega hasta una orilla del río donde hay un restaurante sencillo y un área para ponerse ropa seca.

Por cualquier ángulo que se descubra, el río Celeste consigue dejar al visitante maravillado.

UN LICOR PARA DECIR ¡SALUD!

Don Álvaro Chávez produce su "guarito" en un rancho construido con madera y hojas secas de la caña. Aquí todo se aprovecha.

Abierto a...

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