Bernardo González Mora / Estrategia de lectura

AutorBernardo González Mora

Cuentan que en una gira del Presidente Álvaro Obregón, -sin la parafernalia de ahora-, porque la cuarta transformación todavía no llega a modificar los rituales populistas y como dijo don Teofilito: ni llegará, regresando al comentario: pretendiendo le dieran una orientación le pregunta a un grupo de aldeanos sin lograr respuesta, pues solo se miraban desconcertados, no hablaban en español. En su muy peculiar humorismo en tono irónico le comenta a uno de sus acompañantes: dile a Vasconcelos que les mande los "Clásicos".

Un País con tan graves disparidades, más de 50 millones de pobres en comunidades, que solo hablan sus lenguas autóctonas, que si bien los conservan en su identidad no le aportan líneas de conexión con nuevas realidades que aunque este extraño mundo (para ellos) les representa riesgos de caer en sus conceptos existenciales, muchas veces enajenantes, también les puede representar oportunidades para acceder a mejores condiciones de vida.

La decisión del Presidente López Obrador de nombrar a Paco Ignacio Taibo II al frente del Fondo de Cultura Económica, por cierto, en el caso de Taibo tuvo que derribar las barreras legales que impedían su nombramiento. Sin que fuera el único que le pudiera dar la orientación a la promoción de la lectura, si él le garantiza darle un cauce popular a la producción bibliográfica y, lo más relevante, preocupante o alentador según la óptica ideológica de cada quien, seguramente se privilegiarán las obras con orientación marxista. Lo único en lo que estaremos de acuerdo es en el valor de la lectura, en el riesgo y la oportunidad que representa la cultura, el conocimiento y abatir la ignorancia. La importancia está no solo en leer, sino en lo que leemos.

Recordemos las imágenes de la quema de libros en la Alemania de Hitler para imponer de manera intransigente la lectura, en un principio "Mi Lucha", cuyo autor obviamente era Hitler, y desde luego sus discursos y todo lo relativo a la estrategia propagandista de la mano de Joseph Goebbels su ministro de propaganda.

Lo mismo sucedió en la Unión Soviética con sus aburridos y doctrinarios textos y en China con el libro rojo de Mao, con la gran diferencia de que éste es un texto con un gran enfoque pragmático mas que doctrinario y ahí están los resultados: el nazismo fue derrotado, costándole al mundo más de 40 millones de vidas humanas; la antigua Unión Soviética desapareció y su reemplazo, mas que una potencia económica, sobrevive como una potencia...

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