Bernardo González Mora / Estado de indefensión

AutorBernardo González Mora

Uno de los temas que están causando mayor controversia es el de las contradicciones que se dan entre las facultades y limitaciones de las corporaciones de seguridad y los conceptos éticos y jurídicos relacionados con los derechos humanos y que, al final de cuentas se reflejará en los resultados. Los indicadores para medir la eficacia de las estrategias de seguridad serán, en principio, los datos estadísticos de los diferentes ilícitos que se cometen, y estos aunque no son fáciles de medir si no es con encuestas, es la tranquilidad o el temor de la sociedad.

Las fuerzas de seguridad deben, entre sus fortalezas básicas, tener el respeto, la confianza, pero también deben de infundir temor para inhibir cualquier intento de atentar contra la vida, el patrimonio y la gobernabilidad, de eso dependerá su aceptación social y la posibilidad de ser proveídos de los elementos suficientes para el cumplimiento con eficacia de sus obligaciones.

Me llamó la atención que en una entrevista al Dr. Mireles, líder de las autodefensas en una región de Michoacán, en la que decía que el problema de la inseguridad no la provocaban los narcos, sino la delincuencia común, pues los narcos ayudaban a las comunidades construyendo escuelas y obras de beneficio colectivo. Sin que yo esté convencido de su desinteresada generosidad, pues a cambio reciben información y les solapan sus maniobras, sí estoy convencido de que el mayor riesgo lo representan los delincuentes urbanos, ya sea los solitarios o de pequeños grupos o las mafias que encuentran en el ciudadano común el botín que buscan y que gozan de impunidad corrompiendo a miembros de los órganos de seguridad y justicia, y que siguiendo el esquema de franquicias asignan territorios a cambio de cuotas.

Me impresionó el crimen de un jovencito en Manzanillo, Colima, que de rodillas, sin oponer resistencia y tomado ya el botín, es inmisericordemente asesinado. Un profesional sólo mata por necesidad. ¿Cuántos como los que asesinaron a ese muchacho andan en las calles acechando a gente pacífica?

Las autoridades le dan gran relevancia a la compra de patrullas, de equipo, contratación de más personal: estrategia equivocada, ni asignándonos a cada ciudadano un escolta se garantiza la seguridad y menos cuando las indicaciones que tienen es que respeten los derechos humanos.

Los delincuentes no tienen ninguna dificultad para conseguir armas, mientras el ciudadano común para tener acceso a ellas tiene que sortear una...

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