Bernardo González Mora / La ley sometida al poder

AutorBernardo González Mora

Una de las graves deformaciones de nuestro sistema de gobierno es la subordinación del aparato de justicia y su elevado compromiso moral a las consideraciones de carácter político. En algunos casos en función de lo circunstancial y en lo inmediato pudiera considerarse necesario, pero al final de cuentas se llena un vacío jurídico que no debería existir y, por otra parte se abren resquicios por los que penetra la corrupción y la injusticia. Muchos han solventado sus conflictos con la ley al amparo de sus posiciones privilegiadas en el juego del poder.

La falta de autonomía e independencia de los responsables de los órganos jurisdiccionales tiene su origen en donde radica la prerrogativa de designar o promover a funcionarios tanto del Poder Judicial como del Ministerio Público. Los partidos políticos y los que están detrás de ellos a través de sus representantes en las Cámaras del Poder Legislativo federal y local. Los procesos para designar a los funcionarios de un poder que debería ser autónomo es finalmente una disputa por lograr mayores posiciones en la estructura del poder y los pretendientes tienen que, obligadamente entrar en la mecánica de los juegos palaciegos en los que las más de las veces las virtudes y capacidades no son factores determinantes para la toma de decisiones. Las últimas designaciones de ministerios son de clara cercanía con el Poder Ejecutivo y con la nueva corriente política que lidera, lo mismo sucede con su pretensión de crear una nueva sala lo cual significaría prácticamente un golpe de estado al Poder Judicial a través del control que ejerce en ambas Cámaras del Poder Legislativo. De lo que no nos cabe duda es que si las otras fuerzas políticas estuvieran en sus mismas posibilidades harían lo mismo y podemos estar seguros que están trabajando para eso.

Cuando Carlos Salinas asume el cargo de Presidente la sombra de una elección muy cuestionada amenazaba su legitimidad y su poder. Aplicando la conseja de Maquiavelo: "Vale más ser temido que amado" encuentra la oportunidad en dos gremios, que a pesar de ser aliados del partido que lo llevó al poder no sólo no contuvieron a sus agremiados para que no votaran por el candidato opositor Cuauhtémoc Cárdenas sino incluso los alentaron. El aparato del Estado se movió, Carlos Jongitud no opuso resistencia y salió del escenario político, pero Joaquín Hernández Galicia con más agravios y más belicoso, dicho por él, le aparecieron misteriosamente un muertito y un arsenal de...

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