Bernardo González Mora / La renuncia de Germán Mtz.

AutorBernardo González Mora

De origen panista, legislador en dos ocasiones, Secretario de la Función Pública en el Gobierno de Felipe Calderón, etc. De pronto aparece al lado de AMLO, decisión seguramente tomada por la ruptura del calderonismo con Ricardo Anaya, quien tuvo la habilidad de ganar la dirigencia nacional del PAN para luego secuestrar la candidatura presidencial. Desplazados por un Anaya que supo colarse, camuflado, en una supuesta personalidad dócil y útil. Marginado del juego panista, se vincula a AMLO como un aliado emblemático por su jerarquía en el panismo, y se convierte en furibundo predicador de la "Cuarta Transformación" en un discurso que, al igual que la lectura de un libro y como la mayoría de los seguidores de AMLO, sólo repite el título pero muy pocos, su contenido; sin imaginar que, como la caja de Pandora, para bien o para mal, nos depara muchas sorpresas.

El galimatías del nuevo modelo organizacional del Gobierno federal, que desde la Secretaría del Presidente Felipe Calderón observó una manera diferente de operar del Gabinete en sus relaciones interinstitucionales y que ahora no le respetan la más elemental autonomía de gestión, se ve en un severo conflicto entre sus reducidas facultades y la fuerte presión de demanda de recursos por las grandes necesidades que se sufren en la operación del IMSS.

El complejo aparato del Gobierno federal no se puede manejar con una alta concentración de facultades, producto de una paranoia alimentada por un diagnóstico maniqueo, en algunos casos justificado, pero en otros no. Sin facultades ni recursos para la toma de decisiones de las que dependen la capacidad de reacción oportuna y eficaz frente a los graves problemas que se le presentan, sobre todo en una institución en la que todos los días y a todas horas está en riesgo la vida; que se enfrenta en todas las unidades médicas al dolor, la incertidumbre, la desesperación y las incomodidades de pacientes y familiares en estados de ánimo propensos a la fricción con el personal administrativo y médico que no tiene los recursos para dar servicio, y la demanda rebasa la capacidad de atención.

Sus conflictos se dan, principalmente, con la Secretaría de Hacienda -que no creo que actúe motu proprio- y los financieros, en muchos casos insensibles al dolor, porque los llantos de los quirófanos no llegan a sus cómodos escritorios en los que fríamente sólo ven números y lo único que les interesa es que el resultado final de sus operaciones contables termine en...

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