Bernardo González Mora / ¡Vaya cierre de año!

AutorBernardo González Mora

Que yo recuerde, y ya son muchos los años que observo el acontecer político, o incluso de lo que he leído, no hubo un cierre de año tan agitado en los últimos 60 años como 2018. Periodo de esperanzas, incertidumbres, decisiones fuertes y muertes. Los hubo como cuando asesinaron a Madero y Pino Suárez el 22 de febrero de 1913, a Álvaro Obregón, el 17 de julio de 1928; a Colosio, el 23 de marzo de 1994 y, desde luego todo el periodo de la Revolución Mexicana y las posteriores rebeliones: Delahuertista, Escobarista, la de Saturnino Cedillo en tiempos de Cárdenas, por cierto sin mayor relevancia, y antes, el Movimiento Cristero.

Desde luego ya se esperaban decisiones muy fuertes previamente anunciadas por el Presidente López Obrador: la cancelación de la Educativa, la controvertida cancelación del Aeropuerto de Texcoco, pero lo que viene a agitar más las aguas es la muerte trágica de la Gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso; su esposo Rafael Moreno Valle, coordinador de la fracción del PAN en el Senado de la República, y tres personas más.

Como toda muerte de un político en ese tipo de circunstancias, la especulación toma dimensiones insospechadas y, lo más curioso y similar en todos los casos: nunca se aclara o nunca complace la aclaración, así sucedió con el asesinato de Obregón: que recibió, según versiones, "balazos de diferentes calibres y no sólo el del revólver de León Toral", "que el cadáver quedó hecho una criba", "que ¿quién lo mato?: cállese", en el caso de Colosio: "que tenía impactos de varios calibres", "que el entorno que supuestamente lo protegía, realmente fueron los que lo pusieron a modo para que lo asesinaran", "que no había un solo Aburto, que eran varios muy parecidos", "que testigos clave fueron ejecutados o desaparecidos". Lo único cierto es que la familia nunca desechó la sospecha de que su muerte fue por razones políticas, tanto que su hijo al crecer en la influencia de esa especulación familiar acepta una candidatura de un partido opositor al que presidió su padre y del que fue su candidato a la Presidencia de la República ¿quiénes fueron blanco de sospechas? Salinas por el enfriamiento de la relación entre el candidato y el Presidente y porque era el único que, a juicio de muchos tenía la capacidad de urdir un complot de esa magnitud.

Salinas, indiscutiblemente un hombre de decisiones fuertes, consolida su respetabilidad presidencial sacando de la escena política a dos pesos pesados: la defenestración de Carlos...

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