El binomio Fujimori

AutorJosé Vales

Argentina

BUENOS AIRES.-Alberto Fujimori es un hombre de palabra. Al concluir la entrevista con MURAL, el pasado 31 de mayo, prometió con una sonrisa de oreja a oreja que llegaría a contar con "62 Congresistas". Uno más de los que necesitaba para proclamarse el 26 de julio Presidente por un nuevo mandato, cuando en las últimas elecciones sólo había logrado sentar en el Parlamento a 52 de sus hombres.

Lo logró, incluso antes de que la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por su Secretario General, César Gaviria, y el Canciller canadiense, Lloyd Axworthy, pasaran por Lima, la capital peruana, para exigir una democratización "en el mediano plazo" y validar los comicios fraudulentos que le abren las puertas a una nueva reelección.

Fujimori hizo muestras de ser un hombre coherente con su concepción de la política. Para alcanzar el número de Congresistas que permitan el quórum necesario que posibilite su proclamación, apeló a la misma metodología con la que Gobernó a voluntad durante una década: utilizó la maquinaria del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y a los Jueces que le obedecen como una tropa a su General para presionar a los Parlamentarios a que cambien de bando y levanten la mano en su favor.

Videos y fotos de amoríos furtivos y extramatrimoniales, amenazas telefónicas, sobornos y causas menores reflotadas de los archivos judiciales pueden servir para que el régimen de Fujimori presione a sus opositores de las "bondades" de su "programa de Gobierno".

Los "aprietes" a los opositores son desde el autogolpe de 1992 una constante. Lo mismo que "la guerra sucia" que suele disparar contra todo aquel que aparezca en el universo político doméstico dispuesto a hacerle sombra o a cuestionar su legitimidad y apego a la Constitución.

La planificación de esas campañas de desprestigio y de amenazas tienen al Presidente y a su "alter ego", el ex General Vladimiro Montesinos, como autores intelectuales. Entre los materiales del SIN y la mayoría de los medios de comunicación, "rehenes y víctimas de la presión tributaria", conforman lo que en Perú se conoce como "la prensa chicha".

La lista de las víctimas son innumerables. Van desde el ex candidato a la Presidencia, el escritor Mario Vargas Llosa, hasta el ahora líder de la Oposición, Alejandro Toledo. Al autor de "Pantaleón y las visitadoras" le costó su nacionalidad peruana, como al propietario del Canal 2 de televisión Baruch Ivchner (quien además perdió la licencia...

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