Desde mi Ladera/ Biografía Tapatía

AutorJuan López

La educación se inicia 100 años antes

Dicen que es frase de Napoleón Bonaparte, que la educación, la cultura y la civilización de un pueblo se inician 100 años antes de ser juzgadas, si lo anterior lo dijo o no lo dijo el mentado Napoleón, la verdad de las verdades es que tenía mucha y muy sobrada razón en decir tal sentencia así la haya dicho quien la haya dicho.

Lo anterior viene a cuento, porque el territorio ahora conocido como Nayarit, llegó y por muchos años a formar parte de lo que se conoció como la Nueva Galicia, de la que por muy poco tiempo fuera su capital la población nayarita de Compostela, para que luego ocupara la capitalidad de tan extenso terreno nuestra ama y señora doña Guadalajara.

En la semana anterior se vio, con pelos y con señales, los ires y los venires de la incipiente integración de Nayarit a la civilización, en este sábado se abundará en materia tan importante por la conurbación que tiene esta tierra con la capital del Occidente del país, sí, con Guadalajara.

Tan estaban preocupadas todas las autoridades por reducir a la cultura cristiana las tierras nayaritas, que hallóse el virrey empeñado, y fió su desempeño al valor y actividad de dicho Don Juan Flores de la Torre, quien luego al punto que se vio con el título de Gobernador del Nayarit, se hizo cargo de procurar no fuese en vano, puesto que en su valor consistía verificar el efecto; aprestóse tan prontamente, que el día 24 de diciembre de 1721, salió de la villa nueva Villa Gutierre de el águila con 70 hombres armados a su costa, 300 caballos, 60 reses en pie, 10 en cecina, 20 cargas de harina, 10 de bizcocho, 100 quesos grandes, 2 cargas de jabón, 6 arrobas de chocolate, 45 mulas de carga, 26 de silla y 6 arrieros cargadores; todo lo dicho constó de certificación haber llevado de su caudal para la entrada, y el día 5 de enero llegó al real de San Juan de Peyotlan; hizo notoria su comisión a don Juan de la Torre, dio por entregado de las dos compañías que estaban a su cargo, y viéndose en la boca o puerto del Nayarit, sin perder tiempo, remitió su embajada al Güestlacatl con dos indios nayaritas y amigos nuestros; reducíase a darle noticia de estar nombrado con título de su Majestad, por Gobernador y protector del Nayarit, y determinado a entrar a tomar posesión de su gobierno; que no iba con ánimo de hacer daño alguno, si le recibían de paz, sino de darles a conocer a nuestro verdadero Dios, y sacarlos de la ceguedad en que el demonio les tenía, y dando la...

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