Bocados que ayudan

AutorDalia Rangel

Pixza nació hace más de tres años con dos premisas. Primero, el uso de maíz azul, ingredientes y guisados locales para exaltar los insumos de la cocina mexicana. Segundo, la apuesta de emplear a jóvenes en situación vulnerable.

Paulina Durán, directora general, describe el concepto como "una empresa de empoderamiento social disfrazada de pizzería", pues su objetivo es ser auténticos agentes de cambio.

"Hay asociaciones que ayudan a chavos en situación de calle por abandono familiar, maltrato, drogas, cárcel o problemas migratorios. Ellas los alejan de todo eso que han vivido y nosotros les ofrecemos trabajo", cuenta.

"Los llevamos por un proceso de acompañamiento de rehabilitación y de independizarse para que en año y medio puedan trabajar en otros restaurantes del sector".

Durán explica que los chavos traen consigo una fuerte carga emocional, pero también ganas de superarse, así que ellos apuestan por motivarlos, escucharlos y formarlos.

Así, inician con labores en la cocina, pero los acercan a otras áreas como atención a clientes o cobranza.

"Que aprendan a hacer de todo, durante el tiempo que están con nosotros; si necesitan ir a terapia o están en un programa de rehabilitación de adicciones, les damos las facilidades para que continúen; y visitan a sus familiares", establece.

Como parte del seguimiento emocional, se les enseñan valores como responsabilidad, respeto, disciplina y esfuerzo.

En las redes sociales del restaurante comparten los logros de sus trabajadores y el ingreso de nuevos miembros. Hasta la fecha, han contratado a 48 chicos.

"No es fácil porque tenemos mucha rotación. Les cuesta trabajo adaptarse o recaen en sus problemas".

Por otra parte, por cada cinco...

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