Botaneros: Encierran la tradición

AutorMariana Coppel

PRIMERA FILA / Staff

Aunque no está muy claro el origen de la palabra, no hay mexicano que desconozca el verbo "botanear", esta, como muchas otras costumbres, es una herencia de los españoles tropicalizada en tierras mexicanas; allá toman tapas y tintos, acá tequilita, pico de gallo, guacamole, tacos dorados, tostadas, churros de harina, o calditos; no cabe duda, que por folclor y variedad, los platillos de botana no le piden nada a sus ancestros gachupines.

La botana acompaña las bebidas, se hace antes de los alimentos fuertes y su duración es indefinida, hay veces que entre chela y chela, tequila y tequila, mordisco y piqueteo dan las cinco, para entonces la plática se puso más álgida y hasta se advierten declaraciones de amor y búsqueda de parentescos.

En algunos lugares de Jalisco se le dice "Hacer la mañana", "Hacer las once" o "Hacer la tarde", y bueno las opciones al diente y al hígado son diversas, puede ser tequila, mezcal, coñac o cerveza, acompañados de frituras, orejas, manitas y patitas en vinagre, chicharrón duro, papas cocidas y una lista interminable de sabores que cobran protagonismo en los centros botaneros: sitios donde se enmarcan historias, tradiciones, música, brindis y compadres.

Según cuenta el investigador José Hernández, la tradición de estos lugares viene del DF; en Guadalajara los botaneros tendrán 40 años y se pueden definir como cantinas donde por cada bebida te llevan una botana; eran muy comunes en el Centro, por el rumbo de San Juan de Dios, en barrios antiguos y el mercado Alcalde.

"Quizá una de las diferencias con una cantina tradicional es la presencia femenina, en las cantinas más ortodoxas las mujeres eran discriminadas, había letreros que decían, Prohibida la entrada a señoras, señoritas, militares, boleros y músicos; los botaneros son más relajados, la música es agradable para platicar y socializar y se come bien", explica.

En algunos lugares al pedir una cerveza te llevan churros semillas y cacahuates y mientras vas metiendo velocidades, digamos un tequilita, un coñac, empiezan a caer platillos más completos: desde un caldo de res o camarón, hasta unos cueritos, una tostada y hasta una cochinita pibil; la ventaja es que el alcohol no sube como cohete por el torrente sanguíneo, más bien navega por él como un barco de papel, la panza llena hace toda la diferencia.

El ambiente en estos sitios es hasta familiar, las mesas se ocupan por viejos vecinos del barrio y es común ver chiquillos entrándole a su tortita.

Una cuchara desbaratando la carnita de una torta ahogada, el migajón remojado primero en la salsa que no pica y luego en la que si pica, es el antojo que llega al pedir un tequila y un tarro de cerveza en La Alemana, combo recomendado por Cornelio García, cronista y conductor del programa "De Kiosko en Kiosko".

"Los botaneros son lugares de mucha tradición, a mi me gustar ir a La Alemana; un pianista toca boleros viejos, vals y música antigua y a medio día toca una marimba en la calle, "Perfume de Gardenias"; también me gusta Molacho's, la música es muy buena y no se diga la botana", cuenta García.

Si nunca has estado en uno date una vuelta y ve con hambre, empieza por una cerveza, ve metiendo segunda y verás que tu paladar se sentirá muy cómodo y relajado con los maridajes, exóticos y cero pretenciosos, que proponen las barras de los botaneros.

[tradicionales]

Un botanero auténtico

- No se cobra la botana que comienza a desfilar inmediatamente después de la primera bebida, no importa si es agua, refresco, cerveza o tequila.

- Los platillos son del día, elaborados en su propia cocina. Los menús cambian constantemente pero tienen sus especialidades.

- Son sitios para visitar de día, y aproximadamente a las 20:00 horas se acaba la botana (aunque sigue circulando la bebida).

- No son lugares para ir de reventón, son de ambiente tranquilo y folclórico.

Estridencia de sabor

Olvídate del botanero tradicional; en este bar de decoración que combina elementos del cine del Viejo Oeste americano destila cierto aire roquero.

Ahí se paladean deliciosas botanas que llegan a la par de tu primera bebida: fruta y chicharrón, luego taquitos dorados, canasta de carnitas y de otros guisados, sopes, y tortas ahogadas para cerrar con broche de oro, mientras las complacencias musicales amenizan la plática de los asistentes, que se estacionan desde la hora de la comida hasta entrada la medianoche.

"La gente llega y se 'aconcha', viene a desestresarse, a sentirse como en casa, y nos llama por nuestro nombre, 'que dónde está el Poncho, dónde anda Susi, dónde está Enrique'", cuenta Alfonso Delgado, que lleva ocho años sirviendo ricuras y bebidas refrescantes a los clientes asiduos.

- BOTANAS & BEER: Privada del Niño 25, entre Av. Guadalupe y Sto. Tomás / 3121-7238 / Ma a Ju, 14:00 a 1:00; Vi y Sá, 14:00 a 2:30; Do, 14:00 a 18:00

- ESPECIALIDAD: Las tortas ahogadas son el platillo más...

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