Brasil: Scratch de ingenio

AutorPablo Ignacio Hurtado y Ricardo Dorantes

Alegría y sensualidad son dos palabras que bien podrían definir al país más grande de Sudamérica y, por supuesto, también a su arquitectura.

Brasil se prepara para abrazar al mundo, y lo hará a través de su celebración más importante y para la que poseen un talento casi grabado en el ADN: el futbol. Pero hay más que balompié en las tierras amazónicas.

Para muestra están las formas inimaginables que proyectó su más grande referente arquitectónico, Óscar Niemeyer, o la economía y creatividad detrás de la obra de los hermanos Campana, sus héroes del diseño.

También están sus espectaculares propuestas residenciales, basadas en una moderna arquitectura que respeta su tiempo y su espacio, o los edificios icónicos que el visitante podrá apreciar, además del espectáculo deportivo.

En esta edición, Entremuros ofrece un recorrido por estos temas y se mete de lleno al ambiente mundialista, con el recuerdo de los templos que han sido sedes de las glorias del futbol y un vistazo a las casas donde viven las estrellas que protagonizan esta fiesta.

CASA IPES

STUDIO MK27

Sao Paulo, Brasil

UTOPÍA HECHA REALIDAD

Pablo Ignacio Hurtado

En la década de los 80, el arquitecto brasileño Marcio Kogan desafió a la incredulidad de las constructoras de su país natal, pues, desde sus inicios, el creativo nacido en Sao Paulo apostó por integrar el hormigón en sus proyectos residenciales, mismos, que al día de hoy, son internacionalmente reconocidos.

Prueba de ello es la Casa Ipes, propuesta concebida en 2011, cuya superficie -con un total de mil 343 metros cuadrados- se caracteriza por su estructura exterior fabricada con este sólido material.

"Si bien el hormigón es un elemento costoso que requiere una composición cuidadosa para trabajarlo adecuadamente antes de que se solidifique, también proporciona texturas interesantes que se revelan al retirar los moldajes cuando el concreto está prácticamente en su configuración final", dijo Marcio Kogan, arquitecto al frente del proyecto.

Como resultado de este proceso arriesgado se obtuvo una fachada a partir de la construcción de encofrados de madera trabajada artesanalmente que permitieron lograr tan peculiar acabado final.

De esta manera, el hormigón, componente que, en voz de Kogan, es absolutamente imperfecto pero estéticamente escultural, se funde con los nudos de los paneles de madera que abren la puerta hacia el interior del inmueble.

INTERIOR AL DESNUDO

Bajo el cobijo de un volumen que pareciera estar suspendido, el interiorismo recibe a los habitantes a través de puertas corredizas que diluyen la división entre los espacios internos y externos.

"Dotamos a la entrada principal de paneles pivotantes de madera que conectan la estancia con la terraza y el jardín. Además de fungir como acceso hacia la casa, estas estructuras permiten la circulación libre al carecer de vigas que obstruyen la disposición cambiante del entorno", señaló Kogan.

De ahí que la arquitecta Diana Radomysler -responsable del diseño de interiores- ideara ambientes flexibles, cuya propuesta de mobiliario genera áreas exentas de jerarquías entre las diferentes orientaciones de la casa.

Muebles fijos y movibles fabricados con madera de ipé, elementos decorativos en tonalidades brillantes que crean un contraste con la arquitectura, un sistema de iluminación mediante un bloque -a modo de vano- en los muros de hormigón, así como celosías de madera que ofrecen confort térmico al interior, buscan ser una extensión del paisaje de esta ciudad brasileña.

"Los materiales rústicos como la madera de ipé crean diálogo con la funcionalidad del hormigón, que a su vez hace referencia a la arquitectura moderna. Así, con su material en bruto e iluminación lineal, Ipes transmite sobriedad, pero al mismo tiempo vitalidad", agregó Kogan.

MAESTRO DE LA CURVA

LOS TRES NIEMEYER

El arquitecto es un símbolo global de la disciplina y de su evolución en Latinoamérica

Ricardo Dorantes

El 5 de diciembre de 2012, 10 días antes de cumplir años, el arquitecto Oscar Niemeyer falleció en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro, la ciudad donde nació. Hacia atrás hay una historia de 104 años, o quizá muchas de ellas.

El primer Niemeyer empieza su vida profesional en la oficina de Lucio Costa, un hombre de ideas globales que a la postre formaría el equipo de arquitectos que revolucionó la disciplina en el país sudamericano.

Gracias a él, Niemeyer se acerca a sus primeros proyectos, a la obra pública y a Le Corbusier -con quien proyectaría el edificio sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York-, el artífice que en Europa le había dado un nuevo sentido a la arquitectura a través de un modernismo funcional.

En 1956, invitado por el mismo Costa y por el entonces Presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek, el creativo se integra a la propuesta de creación de una ciudad: Brasilia.

"Era toda una nueva capital, una nueva ciudad en América Latina. Era algo nunca antes visto.

"Ahí confluyen los arquitectos que marcan el perfil de lo que sería la expresión de la arquitectura del país amazónico hacia el mundo", comentó la investigadora y experta en arquitectura Louise Noelle.

El Palacio de Alvorada, el Congreso Nacional, la Corte Suprema, la Catedral y el Palacio Presidencial fueron algunos de los edificios que trazó en la moderna Brasilia.

Para Noelle, no hay un término que encasille la corriente que desarrolló el arquitecto.

"Es un estilo personal, en donde hay tendencias formales muy poderosas y bien resueltas. Siempre hay una forma que atrapa el interés, y hacia adentro vemos que el edificio funciona para su propósito", precisó la especialista.

El segundo Niemeyer tiene que salir de Brasil en 1965 tras el acoso de la dictadura militar.

Para entonces, el artífice ya suma diferentes premios y reconocimientos en otros países: el Premio Lenin de la Paz (URSS), miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos, de la Academia Americana de Artes y Letras y del Instituto Nacional de Artes y Letras (los tres en Estados Unidos).

Instalado en Francia, el creativo se dispone a generar múltiples diseños en el Viejo Continente, como la sede de la Editorial Mondadori, en Italia, y la Universidad de Constantina, en Argelia.

"Su calidad siempre encontró eco en donde él estuviera. Por lo mismo, no creo que el hecho de haber construido fuera de Brasil lo hiciera más internacional: él fue un arquitecto que alcanzó el reconocimiento mundial casi desde el principio", comentó Noelle.

Para la experta, en esta época destaca la sede del Partido Comunista de París, en donde la forma y la curva nuevamente son cómplices en el trabajo de Niemeyer, mientras que, funcionalmente, lo realizado en un conjunto habitacional de Berlín habla del conocimiento e importancia que el brasileño daba a los contextos.

El tercer Niemeyer, el que había regresado a Brasil a principios de los 80, es el que recibe el Premio Pritzker en 1988, el Príncipe de Asturias de las Artes un año después y el Premio Imperial, en 2004.

En 1987, la ciudad de Brasilia, con las más de 150 obras en las que participó Niemeyer, es declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

"En los últimos años de su vida hay un retorno a un formalismo a ultranza que tiene que ver más con la forma que con la función, como el Museo Niemeyer, en Curitiba, y el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói. Ese tipo de cosas las sabia hacer muy bien, son obras interesantes, pero ya no son un parteaguas, como fue Brasilia", opinó Noelle.

Más bien, se trata del resultado, apostilló la especialista, de toda una vida trabajando con elementos curvos audaces y formas atractivas...

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