En busca de paz y prosperidad

AutorMaría Teresa Del Riego

El estado de Chiapas entrará al nuevo milenio sin haber logrado superar sus rezagos ancestrales, con más de la mitad de su territorio en conflicto y militarizado, en medio de un proceso de paz suspendido desde hace tres años y ante el reto de realizar cambios profundos que permitan construir una sociedad sin los lacerantes desequilibrios de la actualidad.

Cuna de insurrecciones indígenas, polvorín, reclamo, grito, piedra en el zapato, llamado a la conciencia, paradigma. Eso es Chiapas a fin de siglo:Un recordatorio permanente de que México sigue anclado en el Tercer Mundo.

Aunque los próximos años serán una oportunidad más para que la Federación salde sus deudas pendientes con esta entidad, en materia de salud, educación, desarrollo y democracia, especialistas coinciden en que de continuar el actual modelo político, económico y social, no habrá un futuro promisorio para los chiapanecos.

Sostienen que la paz y el futuro de Chiapas dependen en gran medida de que se logre la transición democrática tanto en México como en la entidad y de que se reconozca la mayoría de edad del pueblo chiapaneco, para que éste pueda elegir a sus autoridades y cese la pasarela de gobernantes de todo tipo, nombrados desde el centro.

José Luis Castro Aguilar, encargado del Archivo Histórico del estado, considera que la inestabilidad política, que se ha resentido más desde el inicio del conflicto armado, con el paso de cinco gobernadores en seis años, es uno de los principales factores que mantienen a Chiapas en las actuales condiciones de atraso y marginación.

Esta movilidad política, aunada a la existencia de un conflicto armado y a la naturaleza impredecible de una sociedad en transición, como la chiapaneca, puede dificultar la elaboración de posibles escenarios futuros.

Sin embargo, voces conocedoras de la realidad local y estadísticas recientes permiten suponer que para dentro de 20 años Chiapas tendrá una población de más de cinco millones y medio de habitantes y será una sociedad mayoritariamente adulta y urbana, no joven y rural, como ahora.

De continuar las tendencias actuales, en dos décadas Chiapas seguirá siendo uno de los estados más marginados y analfabetas del país;conservará su primer lugar nacional en población indígena que no habla español y se mantendrá como una entidad poco industrializada.

Estudiosos de la realidad chiapaneca van más allá al afirmar que si persiste la imposición de gobernantes ilegítimos, enviados desde el centro, y continúa la...

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