El Cadillac que fundó una compañía

AutorAlberto Bortoni

Hablemos de un Cadillac rosa. No el de Bruce Springsteen ni el de Elvis Presley. Sino el de la empresaria Mary Kay Ash, fundadora de la marca de cosméticos que hasta hoy lleva su nombre.

Y ese "pink" Cadillac era bastante particular. Su color exterior, un rosa pálido, no estaba disponible de fábrica, sino que Mary Kay solicitó que el tono de su vehículo fuera igualado con el de su lápiz labial. Una petición inusual para la época, estamos hablando de 1967.

De hecho, se cuenta que, inicialmente, la elección de la empresaria no era un Cadillac, sino que su primera parada había sido una agencia de Lincoln, en la que, cuando el vendedor escuchó el requisito del color exterior, le dijo, en pocas palabras, "regrese con su marido".

Obviamente, Mary Kay no fue de vuelta a casa y Lincoln perdió una oportunidad de oro, sí, pero de oro rosado.

En cambio, la estadounidense acudió a un distribuidor en Dallas, Texas, y pidió un Coupe De Ville. Era una buena época para los coches americanos y pocos otros objetos gritaban éxito como un enorme y potente Cadillac.

Eran autos de más de 2 toneladas de peso y con la suavidad de marcha que distinguía a la marca en aquel entonces. Las motorizaciones eran tan generosas como el cromo que ornamentaba al vehículo.

Bajo el cofre estaba un motor V8 de 7.0 litros de desplazamiento con 340 caballos de fuerza y 480 libras-pie de torque. Con una transmisión automática de tres velocidades los autos andaban con una tersura casi...

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