Cálida convivencia

AutorFabiola Hernández

Ya sea para pedir posada o durante la víspera navideña, la aromática presencia del ponche se caracteriza por extinguir el frió en los hogares y reunir a las familias.

En las mesas mexicanas reinan vastas ollas de la tradicional bebida cada Navidad. No obstante, su origen se remonta a la India, donde se acostumbraba preparar con limón, té, agua, azúcar y un aguardiente llamado "arrack".

Francisco Galindo, director del Museo de las Artes Populares de Jalisco, comparte que después de su paso por el sur de Asía llegó a Inglaterra y posteriormente a México.

José Hernández, historiador, relata que el ponche se adoptó con la llegada de los españoles, quienes acostumbraban colocarlo en lujosas poncheras y servirlo con cucharones de plata.

Los investigadores coinciden en que conforme la receta se fue esparciendo en todo el País, cada Estado la personalizó con los ingredientes de origen regional, como guayaba, manzana, piña, tamarindo, canela, ciruela pasa y el típico tejocote, que abunda en la temporada decembrina.

"La característica del ponche de Jalisco es que le ponemos jamaica y tamarindo, lo que le da un sabor acidito y un balance con lo dulce. Así como un color oscuro, por el rojo de la jamaica y el tamarindo", puntualiza Francisco Galindo.

TRADICIÓN PONCHERA

En uno de los callejones que desembocan al Templo de San Antonio, en el centro de Tapalpa, prevalece un aroma característico: el del ponche de Guadalupe López, propietaria de la Licorería y Conservas Obregón.

Cuenta que su madre, Teresa Aguilar, la enseñó a preparar la bebida navideña con una receta familiar que tiene más de 80 años.

Cuando Teresa falleció, su hija continuó con el legado preparando el ponche cada invierno. Al paso de los años lo comenzó a vender y posteriormente expandió el negocio con la elaboración de otro tipo de ponches preparados con fruta de temporada.

"Conozco dos versiones. En evento de día es cuando se le pone hielito y se sirve para acompañar la botana; no lleva canela, caña ni pasas. Pero si es para tomarse como bebida calentita en la noche, entonces sí lleva todo esto, es el tradicional navideño que me enseñó mi mamá", relata Guadalupe.

Su licorería tiene 30 años y ofrece ponches de arrayán, capulín, chabacano, ciruela, durazno, frambuesa y el tradicional de granada, potenciados con licor de caña.

Esta empresaria destaca que preservar recetas como la del ponche y servirla a los visitantes de su pueblo natal es una de las costumbres de más valor para su...

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