CAPITANES

Carlos Currlin

El capitán de Navistar en México podría hacer ajustes en breve. Su jefe a nivel global, Daniel Ustian, mostró preocupación ante analistas por lo que llamó "disturbios políticos" en el País que podrían obligarle a mover sus operaciones. Pero eso no lo sacaría del mercado mexicano, donde sus ventas podrían crecer con precios que, convenientemente para Currlin, son más altos que en Estados Unidos.

Guerra de remolques

Si en una de ésas paga precios gourmet por las "papitas" o el pan de caja en Querétaro, aquí podría encontrar la razón. En ese Estado los transportistas del País enfrentan una guerra. La historia arrancó con el 2011 en la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), que preside Juan Carlos Muñoz.

Éste y otros organismos de transporte firmaron con el Gobierno de ese Estado un acuerdo para desviar los camiones con doble remolque. El tema era que no cruzarían la capital queretana. La intención fue aumentar la seguridad vial de sus pobladores y cuidar la infraestructura urbana. Muy bien.

Pero este acuerdo generó varios problemas. Tantos, que ya fue rechazado por la Comisión Federal de Competencia (CFC), que preside Eduardo Pérez Motta.

Esta autoridad lo consideró contrario a la competencia y libre concurrencia al beneficiar a la Canacar, a la Alianza Mexicana de Transportistas (AMT) de Rafael Pacheco, la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), de Elías Dip Ramé, y la Asociación Mexicana de Mensajería y Paquetería (AMMPAC), cuyo director es Manuel Armendáriz. Como los doble remolque no pueden pasar, camioneros con unidades de uno solo ya hacen su agosto. Los propietarios de grandes volúmenes deben contratarlos para hacer llegar sus productos al interior del Estado.

Ese proceso ya genera un sobrecosto logístico a las empresas afectadas. El gasto extra no se lo guardarán, sino que lo trasladarán a los productos que se comercializan en esa ciudad. ¿A qué empresas afectaron estos gremios?

Particularmente a aquéllas cuyos camiones pertenecen a la Asociación Nacional de Transporte Privado, que comanda Javier Altamirano, y que no firmó el convenio. Son Bimbo, embotelladores de Coca-Cola y Pepsico, Sabritas... las chiquitas...

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