Carlos Vázquez Segura / El nombre de la calle

AutorCarlos Vázquez Segura

El nombre de cada vialidad es una invitación -clavada en las esquinas- para escarbar en la memoria o sumergirse en el Internet. ¿Qué méritos habrán tenido las personas que son evocadas en vialidades y direcciones? ¿Hasta dónde habrán sido más reconocidos: el servicio, la virtud y el talento, que los vulgares compromisos de adulación recíproca entre los políticos del periodo en que se abrieron dichas rúas?

Si las calles pudieran asumir la personalidad de aquellos individuos cuyos nombres ostentan, la mayoría se retorcería, moviendo sus cuerpos de asfalto cual musculosos tentáculos, tratando de cambiar su propio trazo en la cartografía urbana, para no compartir esquina con quienes no deberían estar ahí.

Muchos de estos personajes evocan tiempos de avance en materia de justicia y derechos humanos; otros recuerdan el alto costo de nuestro aún chaparro Estado de derecho. Algunos más son paladines de las libertades que hoy disfrutamos y que parecieran haber estado siempre ahí. Incluso hay nombres cuyas sílabas da gusto pronunciar, por el sabor a grandeza, a bien común y a alta conciencia que queda en la boca después de pronunciarlos. De ellos -a quienes abrazaríamos con gusto si de repente cruzaran la acera de su propia calle- queremos leer los nombres en las láminas rectangulares de cada esquina.

Sin embargo, también hay vialidades que deberían llamarse simplemente "Calle 84" (o cualquier número), porque actualmente son homónimas de verdaderos traidores a la Patria, de caciques desalmados, de brutales asesinos, de corruptos y hasta de manipuladores de la pobreza, quienes manchan con su infausta memoria la nomenclatura con que se arma el mapa de la ciudad.

El alto mérito, el talento trabajador, el altruismo incansable, la visión colectiva, la valentía justiciera, la conciencia social y la tenacidad incorruptible al exigir y sembrar respeto a los derechos de todos son la clase de cualidades que quisiéramos encontrar en la lista de razones por las que el nombre de alguien pudiera dársele a una calle.

A veces, la justicia tarda en llegar. Sobre todo cuando las personas que más la apuntalaron no caben en la mal contada historia oficial, debido a que señalaron y enfrentaron a quienes -desde el poder- reprimieron derechos y libertades de la...

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