Carlos Vázquez Segura / Los Reyes Magos y el espíritu canino

AutorCarlos Vázquez Segura

Se necesita una categoría moral muy alta -o unos intereses muy bajos- para querer servir a los demás desde el gobierno. La política se vende como del primero, pero en la práctica suele parecerse mucho más al segundo de los casos.

Con la experiencia adquirida y sufrida, los jaliscienses no queremos otra desilusión, por lo que hemos elevado muchos metros el umbral de lo aceptable para la nueva Administración estatal, lo cual resumo en la siguiente cartita a los Reyes:

Queridos Magos de oriente: Ahora que tenemos un nuevo Gobierno estatal, desde Jalisco les pedimos que los flamantes funcionarios no olviden la raíz y el origen de sus cargos. En cualquier grupo humano -excepto en monarquías o tiranías- el mando se le confiere con honores a quienes habrán de cuidar y manejar los intereses y el destino de la comunidad. Fallarle a los suyos por falta de capacidad o por mala estrategia sería triste y vergonzoso para cualquiera, pero hacerlo por abusar de tan elevado honor al beneficiarse indebidamente sería una falta gravísima, equiparable con la traición a la Patria.

No voy a detallar -estimados Magos- lo que los jaliscienses ya no soportaríamos de un mal Gobierno estatal. Solo haré la lista de lo que exigimos, como regalos, para nuestro Estado.

Como en el futbol, esperamos un Gobierno que sepa arbitrar, es decir: que deje florecer el esfuerzo de los ciudadanos sin permitir -y mucho menos provocar- el abuso, la discriminación o el atropello de unos sobre otros. Queremos un árbitro que entienda que un gran partido es aquel en el que todo fluye conforme a las reglas y códigos del juego, sin que los jueces saquen ventaja, subasten los criterios aplicables o tomen un papel protagónico mediante la difusión de publicidad pagada que presuma su trabajo.

Esperamos un Gobierno cordial, sin garras ni colmillos afilados, es decir: uno que no sea agresivo en lo recaudatorio, que no nos vea como ovejas a trasquilar; que no sobrecargue la vida cotidiana de reglamentos y cláusulas excesivas que luego le permitan infraccionar, acusar, retener, enviar al IJAS y generar viacrucis burocráticos diversos a la ciudadanía. Necesitamos un Gobierno empeñado en evitar la comisión de las faltas, no uno que las castigue con gusto, haciendo sentir el peso de esa fuerza que nosotros mismos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR