Carmen Aristegui F. / El etiquetado

AutorCarmen Aristegui F.

Algo grave ocurrió esta semana en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se votó una resolución de alto impacto con criterios que van en contra de lo que han planteado especialistas, científicos y organismos internacionales.

Con tres votos contra dos, la Segunda Sala rechazó el amparo promovido por El Poder del Consumidor y la Alianza por la Salud Alimentaria contra las actuales reglas del etiquetado en alimentos y bebidas procesados. Desechó el amparo otorgado por el juez Fernando Silva García que colocaba por delante los derechos de los consumidores, antes que los poderosísimos intereses de la industria de bebidas, alimentos chatarra, procesados y ultraprocesados.

Tres ministros impidieron que, por la vía judicial, se modificara el actual etiquetado que lejos está de ayudar al consumidor a saber con claridad los ingredientes que consume y qué efectos causan en su salud. Para los ministros que avalaron el proyecto, no hay problema: el etiquetado establecido en México, conocido como GDA, es entendible, es útil y punto. No hay razón para modificarlo.

La resolución, de suyo grave, se agrava más al saberse que el proyecto basó sus argumentos en referencias internacionales tergiversadas o abiertamente falsas.

Esta misma semana, los representantes en México de la FAO, OMS y Unicef dijeron, con todas sus letras, que el proyecto de sentencia contenía afirmaciones erróneas sobre las verdaderas recomendaciones que estos organismos han hecho sobre el etiquetado frontal de alimentos y bebidas.

¿Tuvieron noticia los ministros de este pronunciamiento público que pretendió alertarlos de tan grave irregularidad? Por lo visto no o, peor aún, no le dieron importancia.

¿Cómo llegaron a citarse "equivocadamente" en tan trascendente proyecto afirmaciones que hacían decir a estos organismos cosas que nunca dijeron? Los expertos están escandalizados. Lo que la SCJN votó permite que siga sin marcarse diferencia entre los azúcares añadidos a los productos o "azúcares libres" y los azúcares naturales contenidos en frutas, verduras o lácteos. Alejandro Calvillo, director de la organización promotora del amparo decía, horas antes del fallo, que lo que la Corte estaba a punto de aprobar era tanto como validar que es lo mismo comerse una manzana que tomarse una Coca-Cola.

No informar, con toda claridad, cuantos azúcares libres se le añaden a los naturales que ya traen...

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