Carmen Aristegui F. / Heterodoxia

AutorCarmen Aristegui F.

Instalado hoy, día 8, en el pico de la epidemia por la nueva enfermedad, el país pone a prueba los sistemas de salud federales, estatales, públicos y privados para hacer frente al incremento y aceleramiento en el número de contagios por Covid-19. Pronto sabremos del resultado de este enorme esfuerzo colectivo y de los impactos en nuestra sociedad.

A la par de las medidas sanitarias, el país se mueve para enfrentar una crisis económica de dimensiones mayúsculas, en el marco de una gran depresión global, equiparable, dicen los expertos, a la de 1929.

Con pronósticos de una caída anual de entre -7 y -8% del PIB -felizmente con una inflación moderada- el país se encamina a un escenario crítico que, eventualmente, dará materia para que los legisladores desarrollen el marco legal para que sea declarada formalmente, en México, la existencia de una emergencia económica. Con ese tema resuelto legalmente o no, con modificaciones o sin ellas a la Ley de Presupuesto, el presidente de la República hará uso de sus facultades y reorientará el gasto público para impulsar la estrategia que ha decidido para hacer frente a la crisis. El planteamiento es directo: no al endeudamiento, apoyo masivo a las clases más desprotegidas y no a la corrupción. Desde el minuto 1, se le ha pedido al Presidente que destine recursos para apoyar al ámbito de las empresas, por diferentes vías, pero el Presidente inconmovible ha dicho que solo apoyará a los más desprotegidos. Sin decirlo, pero se interpreta, está diciendo que los empresarios -de no ser los más pequeños- deben encontrar la manera de rascarse con sus propias uñas.

La postura del Presidente soporta su narrativa en los capítulos de nuestra historia. Evoca al Fobaproa, a los franceses y a Santa Anna para recordar los altos costos que ha pagado el país por eventos que, de una u otra manera, estuvieron vinculados a deudas contraídas por México. No endeudar a las futuras generaciones, no dejar las deudas como herencia y distribuir lo que hay entre los más pobres. A muchos escandaliza la estrategia del Presidente, porque va en sentido contrario de los modelos contracíclicos y de rescate que se impulsan en otros lugares y que en otros momentos se han aplicado para México. ¿Tiene razón el Presidente en apostar por esta fórmula? ¿Se está dejando en el desamparo a las...

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