Carmen Aristegui F. / El imperativo es investigar

AutorCarmen Aristegui F.

Información de alto voltaje se ha dado a conocer en México en un lapso de pocos días. Viene de fuera una buena parte de ella, proviene de aquí otro tanto importante. La variedad de asuntos y la densidad de lo revelado obligan a hacer un alto para tratar de digerir lo que se ha puesto ante nuestros ojos. En todos los casos, lo mínimo que se pediría es el inicio de investigaciones formales por parte de las autoridades de justicia correspondientes.

Esta semana se presentó en México el informe: "Control... sobre todo el estado de Coahuila" realizado por la Clínica de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Texas, dirigida por el doctor Ariel Dulitzky. El informe analiza las declaraciones de testigos relacionados con Los Zetas, en tres juicios federales en Estados Unidos entre 2013 y 2016. Las narraciones revelan el grado de violencia y brutalidad con la que este cártel actuó en esos años en el estado de Coahuila hasta terminar por hacerse del control de prácticamente todas las estructuras del Estado, con la colaboración directa o la omisión deliberada de funcionarios y autoridades. El informe detalla lo dicho por los propios criminales sobre cómo se lavó dinero, se torturó, asesinó y desapareció gente y también sobre cómo pagaron sobornos a todo tipo de autoridades. Varios testigos "...hicieron declaraciones sobre sobornos de millones de dólares pagados a Humberto Moreira y a Rubén Moreira, el anterior y el actual gobernador de Coahuila ... a cambio del control total del Estado". Los Moreira rechazaron de inmediato la veracidad de los testimonios. Lo mismo hizo Fidel Herrera, a quien se le menciona como beneficiario de 12 millones de dólares provenientes de Los Zetas.

También esta semana fue presentado el informe: "Justicia olvidada: La impunidad de las violaciones a derechos humanos cometidas por soldados de México", de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA). Aquí se revisan los más de diez años que han transcurrido desde que Felipe Calderón echó a andar la fuerte militarización -que ha mantenido, a pie juntillas, el Presidente Peña Nieto- en una estrategia que privilegia las armas y al Ejército, por encima de las herramientas de la justicia. Una estrategia cuyos costos para México, como sabemos...

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