Cartas a Mural

AutorGustavo Gallegos C., Adrián Gutiérrez Ávila y Claudio Mota Rodríguez

El malo, el peor y el pésimo

Hay gente que advierte de que anular el voto es favorecer al partido en el poder, olvidando los "moches" o la Línea 12, por ejemplo. Dado que pienso ser "anulista", en mi descargo he de decir que no encuentro razón para darle mi voto a quienes no están en el poder.

Al revisar las alternativas, observo que prácticamente todos han laborado solamente en la política, y por tanto están muy desconectados del mundo real. Además, cuando es el caso, difícilmente han obtenido una calificación superior a 7 cuando su desempeño en los puestos para los que ahora vuelven a postularse ha sido evaluado mediante encuestas.

Parafraseando a Mario Benedetti, uno no siempre puede votar por lo que quiere, pero tiene el derecho de no votar por lo que no quiere. Yo quiero votar por uno bueno, pues ya me cansé de que las alternativas en la boleta sean el muy malo, el peor y el pésimo. Eso sí, cuando se está inconforme, es mejor anular que abstenerse. Al menos se da un mensaje claro.

Gustavo Gallegos C.

Jardines del Bosque

¿Cuánto vale un voto?

El PRI fue el gran triunfador en las elecciones del 2012 y va a la cabeza en algunas encuestas para las intermedias del 7 de junio. Cuando cuestionas "¿por qué ganaron?", la respuesta de muchos es ésta: compraron los votos; eso quiere decir que en las urnas sí se contaron votos a su favor, pero pagados. La justificación es que el PRI se aprovecha de la necesidad del pueblo, un pueblo necesitado y desesperado que a cambio de una despensa entrega su voto libre y secreto.

De nuevo, ¿cuánto vale un voto? Según el Programa Mundial de alimentos (WPF, por sus siglas en inglés), sólo el 5 por ciento de los mexicanos no sabe qué va a comer el día de hoy; estos 6 millones de mexicanos se encuentran en poblaciones poco accesibles y de ellos solo podría votar aproximadamente el 50 por ciento, considerando la población infantil, esto si tienen credencial de elector, además de que tendrían que caminar a poblaciones donde se hayan instalado casillas, por lo cual su voto es casi nulo.

Entonces ¿a qué precio la población vende su voto? Las necesidades han cambiado, por lo tanto el voto...

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