Cartas a Mural

AutorHoracio Martín Romero y Eduardo Gómez Pérez

Linchamiento digital

Muy al estilo del Presidente López Obrador se está poniendo de moda hacer acusaciones mediáticas y por redes sociales sin comprobar nada, sin tener en cuenta el daño que causan a los afectados y sus familias; hasta el peor de los criminales tiene derecho a defenderse antes de ser declarado culpable y la ley prohíbe la publicación de fotos y nombres que dañen su reputación antes de comprobar su culpabilidad legal. Pero en redes sociales puedes ser linchado por la turba con nombre y apellido sin prueba alguna y protegidos por el anonimato.

El suicidio de Armando Vega Gil, bajista del grupo Botellita de Jerez, es el ejemplo perfecto de una muerte provocada por acusaciones sin pruebas en redes sociales. No encuentro diferencia entre un linchamiento donde una multitud descontrolada descuartiza a un supuesto delincuente y las acusaciones lanzadas al aire por el movimiento #MeToo donde acusan a diestra y siniestra sin pruebas, al amparo de la multitud, destrozando vidas y familias completas en la más completa impunidad. Tal como sucede en muchos linchamientos es probable que la víctima sea inocente, pero el daño ya está hecho. Urgen leyes que reglamenten las redes sociales para que quienes acusan estén obligados a probar, so pena de cárcel, al igual de quienes lo propagan. Tal vez haga falta un movimiento #MeTooFuiAcusadoFalsamente, porque de aquí a que se legisla "ya nos llevó pifas".

Horacio Martín Romero

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