Cartas a Mural
| Autor | Julio del Valle Guillén, Antonio Quintero y Víctor Manuel Lara Martínez |
A felicitarnos todos
Nunca hay que perder al niño que traemos dentro, ese que algún día fuimos y sigue ahí queriendo salir y que ahora se proyecta en nuestros hijos. Madurar no significa ser una persona seria o aburrida, ni perder esa espontaneidad y creatividad natural en los niños; madurar es poder jugar, tontear, bromear, hacer sonreír como niños sin olvidar nuestras responsabilidades, aceptar que ya no somos niños sin olvidar que lo fuimos.
Este 30 de abril hay que felicitar a los todos los niños, también al niño que todos tenemos dentro, apapacharlo, mimarlo, conservar la alegría por vivir en el ahora, aprendiendo cada día, maravillándonos de todo, levantarnos y caernos, querer sin miedos, prejuicios o inhibiciones. ¡Feliz Día del Niño!
Julio del Valle Guillén
Providencia
Niños, siempre
El niño se revuelve inquieto dentro del ser, vigente siempre, en todo momento; se asoma, atisba en los juegos, en las diversiones... No deja de manifestarse: se agita, se desespera, se aburre, se queda dormido en las solemnidades, se turba en los sobresaltos, se impresiona con lo nuevo, se ríe ante lo chusco... No olvida los viejos días, los mejores momentos, el perpetuo estado de felicidad. Ante lo fantástico, frente al desfile de la primavera que pasa por su calle, voltea, toca al adulto en el recuerdo preguntando, emocionado... "¿puedo salir?".
Antonio Quintero
Puerto Vallarta
Me apena mi país
Medito acerca de lo acontecido en mi país en tan sólo unos cuantos meses de iniciado el gobierno de AMLO. Pienso en aquellos profesionistas y personas inteligentes que en verdad votaron por él para Presidente, esperanzados y seguros de que sería el agente de cambio para el País. No puedo creer que ellos, ante tantos errores e imposiciones, consideren que ha tomado buenas decisiones para México. ¿Quién iba a pensar que, en un santiamén, le daría al traste al sistema político? Diariamente hace lo que le viene en gana con la Constitución, y nadie dice ni hace nada. Ya no hay Oposición y eso es muy peligroso. En su Gabinete acatan sin chistar órdenes del capricho mañanero del reciente emperador AMLO I. Me resulta difícil entender por qué, éticamente, no renuncian con dignidad. Por otro lado, la calidad profesional de los seguidores de AMLO en puestos públicos dista mucho de ser la que nuestro país requiere. Como no tienen capacidad ni experiencia en administración pública, siguen el ejemplo de su líder al desaparecer, más que reorganizar, organismos, instituciones...
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