Chocolatoso triunfo

AutorViridiana Muñoz

Seducido por el sabor del cacao mexicano fue que el español Víctor Feliu decidió dejar atrás el análisis de datos y su residencia en Valencia para venir, hace tres años, a tierra azteca a emprender como chocolatero.

Es en su taller, ubicado en Santa Tere desde hace dos años, donde tuesta, descascarilla y refina los granos chiapanecos para el par de barras que portan su marca, Feliu Chocolate, y con las que fue condecorado en la International Chocolate Awards, competencia independiente que busca reconocer la excelencia del chocolate fino desde 2012, y hace tres ediciones incluye un capítulo latinoamericano.

"El año pasado obtuvimos oro con Criollo Rioja, pero esta vez que participó Estados Unidos y Canadá en la contienda, pasamos a plata. Esta tableta es especial por su inesperado color claro, que se debe al tipo de grano empleado, una variedad Criolla originaria de la cuenca del Caribe, muy cremosa, suave y se derrite con facilidad. Sabe a fruto seco, a nuez, avellana y un poco ácida, con un toque a madera natural.

"También logramos bronce con un nuevo chocolate, se llama Flor de un Día, por el nombre de la comunidad de donde proviene esa variedad de cacao, ubicada cerca de Tapachula. Tiene sabor a mango o fruta tropical, un poquito ácido y con un toque cítrico; no es amargo, tiene sabor suave", describe el emprendedor que sumó al proyecto a Ivone González, originaria de Tlaquepaque.

Mezclando cacao con un poco de azúcar de caña es como Feliu Chocolate busca resaltar el sabor propio del grano para posicionar en alto a los productores de Chiapas, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Jalisco con los que...

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