En el Cibercafé / Ergonomía

AutorEnnio Fano

La primera vez que escuché la palabra "ergonomía" fue en un comercial de Chrysler, si mal no recuerdo fue cuando introdujeron el Shadow (ya llovió), y como parte del comercial más o menos la trataban de definir explicando la comodidad en el interior del auto. En aquel entonces se trataba básicamente de un término de mercadotecnia que poco a poco se empezó a quedar como una palabra cotidiana.

Tiempo después fui a una conferencia donde trataban de describir de manera más sencilla cómo se aplicaba la ergonomía con las computadoras y demás tecnología cotidiana, recuerdo muy bien un ejemplo en el que decía que si de repente la humanidad desapareciera y encontraban restos de nuestra civilización los arqueólogos del futuro, pensarían que nuestros brazos físicamente saldrían de nuestro pecho en lugar de nuestros costados, esto como conclusión por la forma de la gran mayoría de los teclados de computadora.

¿Pero qué es la ergonomía? Tal vez la definición más simple sea: la forma en que se relacionan las personas con los objetos creados por el hombre. En otras palabras, tener cosas hechas y adaptadas para ser utilizadas de manera cómoda por las personas y no que sea al revés, que nosotros nos tratemos de adaptar o acostumbrar a un diseño que quizá no sea el más adecuado, pero es el que prácticamente siempre hemos utilizado.

Así, cada vez es más común el término y ha pasado de ser una simple moda a ser algo más cotidiano. Ahora a casi nadie le extraña escuchar que muchas personas toman cursos de ergonomía, que existen ciertos lineamientos ergonómicos en los lugares de trabajo e incluso que muchos aparatos ahora son ergonómicos, desde teclados de computadora hasta crayones para niños de preescolar, pasando por cualquier otra cantidad de aparatos para el trabajo y el hogar.

De entrada, la primer idea de muchas personas al ver objetos que han sido rediseñados con determinados lineamientos ergonómicos es: ¿y eso cómo se usa? Definitivamente muchas cosas hay que volver a aprender a utilizarlas, pero una vez que nos acostumbramos, resultan ser mucho más cómodas y sencillas. Como resultado, los usuarios de dichos aparatos tenemos menos riesgos de lesiones, estamos más a gusto y en los trabajos incluso podemos ser más productivos.

El primer producto ergonómico que utilicé fue el teclado ergonómico de Microsoft, más alto y voluminoso que los regulares, daba la impresión de que algo estaba mal con el mismo, pero una vez que te acostumbrabas a utilizarlo...

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