Cierra Cardenal Jubileo

AutorCecilia González

MURAL/ México

Cantaba mientras caminaba, pero al mismo tiempo, el Cardenal Norberto Rivera Carrera ignoraba a los cientos de fieles que le hacían valla en la procesión que encabeza para celebrar el fin del Jubileo 2000.

Algunos que se atrevían, lo jalaban, y hubo quienes hasta le besaban la mano, pero él permanecía con la vista fija al frente, sin saludar, sin asomo de sonrisa durante el trayecto que separa la Iglesia de San Miguel Arcángel -en el metro Pino Suárez- de la Catedral Metropolitana.

Iba custodiado por cuatro Obispos auxiliares, junto con quienes, a imagen y semejanza de la ceremonia que un día antes el Papa Juan Pablo II hizo en Roma, Rivera Carrera clausuró el Jubileo del año 2000 con el que la Iglesia católica conmemoró a partir del 24 de diciembre de 1999 la encarnación de Cristo.

Entre los cánticos y aplausos de feligreses -cerca de 800, dicen los encargados de prensa de la Arquidiócesis-, la comitiva encabezada por el Cardenal avanzaba por la Avenida 20 de Noviembre rumbo al Zócalo.

A su paso, la gente obedecía las indicaciones de guardias desesperados que buscaban proteger a Rivera Carrera y compañía. Empujaban a los feligreses, pero estos no se amilanaban y se sustituían unos a otros en la larga valla que a su llegada a la Plaza de la Constitución había perdido el rumbo.

Ya en el interior de la Catedral, y luego de sortear los empujones, Rivera Carrera oficiaba misa y durante su homilía repetiría las palabras del Papa en torno a la unidad geográfica que Europa logró gracias a la aceptación de la fe cristiana.

"No se puede dejar de constatar que las...

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