Cinexcepción / Necesarios (II)

AutorHugo Hernández

A José Israel Carranza, encore

Para hacerse una idea más o menos precisa del aporte real que hace un actor a la película, es preciso escuchar... al director. Porque si algo es incuestionable es que el intérprete llegará tan lejos como éste lo requiera. Repasando algunas de las cintas del italiano Michelangelo Antonioni es posible concluir que en su concepción el actor tiene un peso fundamental, pero no necesariamente el mayor: el cine de Antonioni se construye desde la cámara; el histrión forma parte de un dispositivo más grande, en el que las atmósferas (trabajadas desde la luz, desde el color) alcanzan una densidad sensible, al grado de generar emoción y ubicarse en un nivel preponderante de cara a la dramaturgia.

El italiano delimita el terreno y afirma que "el actor de cine no ha de comprender, ha de ser. Cuando el actor es inteligente, su esfuerzo para ser buen actor se triplica. Porque quiere profundizar, darse cuenta de todo...y terminan por dirigirse solos". El ruso Andrei Tarkovski estaba convencido de que "no le toca al actor el tomar decisiones acerca de la tensión, el tono o el matiz de su interpretación porque desconoce la totalidad de los elementos que formarán la película. Su deber es estar vivo, y confiar en el director, y éste selecciona para él aquellos momentos de su existencia, del actor, que expresen con mayor exactitud la concepción que el director tiene de la película".

David Mamet comparte estos pareceres y afirma que "no hace falta andar "ayudando a la obra" y concluye que "un clavo no tiene que verse como una casa; no es una casa, es un clavo". Sí, el que tiene todos los hilos en la mano es el realizador: es el que tiene el plano y la visión de la casa, para seguir su razonamiento. Así, es frecuente que el cineasta se ve en la necesidad de ir "en contra" de las ideas preconcebidas del histrión que ya trabajó "su personaje" por su cuenta, construyendo lo que tal vez apenas comprenda. Esta percepción no descalifica ni al actor ni a su función, sencillamente la precisa, la ubica en el contexto de un orden mayor. Porque a menos que se parta de un guión débil y el realizador tenga una propuesta estilística y estética pobremente definida, el que está frente a la cámara no ha de suponer que lleva...

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