Claudia Ruiz Arriola / Privaciones y privilegios

AutorClaudia Ruiz Arriola

No les miento; cada día que pasa me parece menos trascendente quién va a ganar la contienda del 2 de julio y me apura más lo que va ocurrir el día 3. La verdad es que quien gane la Presidencia va a heredar un País dividido y enfrentado gracias a la retórica irresponsable y maniquea de las campañas. Dicha retórica supone que en México no hay más que dos sopas: los que sufren privaciones y los que tienen privilegios. A unos hay que prometerles el oro y el moro, a otros amenazarlos con todo tipo de castigos o nacionalizaciones. El problema de dicha teoría -tan socorrida por la izquierda mexicana y avalada por las acciones de los "idiotas útiles" de la derecha- descansa sobre un craso error: que todo el que tiene algo, lo ha adquirido por un contubernio indebido con el poder (los privilegios, como el nombre indica, son leyes privadas que el poder otorga a sus incondicionales). Es decir, para quienes así razonan, toda privación o pobreza se origina necesariamente en una injusticia social; toda prosperidad es producto de la explotación de los pobres.

Si bien es imposible negar que en México las mayores fortunas se han amasado al abrigo y en contubernio con el poder, no toda prosperidad es producto del Fobaproa, del narco, del tráfico de influencias, del sindicalismo o transas similares. En un sinnúmero de casos, las clases medias han conseguido un nivel de vida holgado -e incluso una considerable fortuna- mediante una esforzada preparación y un trabajo honesto. Esta modesta prosperidad de la que gozan muchos mexicanos, nadie se las ha regalado y a nadie se la han robado; la han creado con su trabajo pese a la enorme cantidad de trabas que el Gobierno les ha puesto (por cierto, ¿se han fijado que los más indignados por el millonario rescate bancario -esos que a diario son azuzados por los políticos de izquierda con la cantaleta de que "les robaron"- no son los que pagan impuestos? Quienes realmente tuvieron que hacer frente a la quiebra bancaria -las clases medias cautivas de Hacienda- son ignorados tanto por los millonarios del PAN por no ser VIP, como por los Robin Hoods del PRD porque "tienen demasiado").

Por eso, más que amenazar indiscriminadamente a los empresarios e inversionistas (lo que invariablemente redundará en la huida de capitales) o prometer subsidios insostenibles a todo el que extienda la mano, lo que tendría que hacer quien llegue a la Presidencia es aplicar las leyes vigentes y castigar, sin miramientos partidistas, a todos...

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