Claudia Ruiz Arriola / Las $& /#!!s parodias

AutorClaudia Ruiz Arriola

Vamos a imaginar a esa finísima persona que parece ser el gobernador de Puebla Mario Marín, pensando qué decir tras la filtración de las grabaciones de su supuesta conversación con el también elegante empresario Nacif (¡puro soprano lingüístico, caray!): "¿Y 'ora qué $&/#!! digo?" (por respeto a los castos ojos de mis ¡ya cuatro! lectores no escribiré las entusiastas interjecciones que tan ilustre personaje hubiera dicho). "Ya sé, voy a inventar la $&/#!! de que no es mi voz, de que se trata de una $&/#!! grabación espuria, que los que dijeron tal sarta de barbaridades son unos $&/#!! comediantes como los de "La Parodia" (¡uuy nomás vean cómo me río!), que a mí no me van a hacer renunciar por unos $&/#!! chismes en torno al caso de una periodista $&/#!! a la que sólo le di su merecido, porque aquí en Puebla quien delinque la paga" (menos el "precioso" -¡urgen lentes!- gobernador del Estado).

Amén de que este escenario es un sueño guajiro en la terminología del gobernador priista de Puebla, pues no hay manera de establecer que esto, o algo similar, haya pasado por la mente de Mario Marín (como tampoco hay manera de establecer si el personaje en cuestión tiene mente). Y, al margen de que el dueño de la voz -sea quien fuere- es un primate de lo más vulgar, bajo y corriente (lo cual no es delito), me parece que el caso de Lydia Cacho, la periodista secuestrada en Quintana Roo y encarcelada brevemente en Puebla por vincular en su libro "Los Demonios del Edén" a un empresario poderoso (Kamel Nacif) con los casos de abuso sexual de menores a manos de Jean Succar Kuri, merece mejor destino que ser el escándalo del mes de febrero (al cabo el Caso Montiel ya se está enfriando).

Lo que necesitamos es aplicar el pensamiento genético, ese que Nietzsche definía como el pensamiento capaz de ir al inicio o génesis de un asunto y revelar su procedencia. Porque, verán ustedes, si nos clavamos en el lenguaje soez o de la (i)legitimidad de las grabaciones (como sueña Chuayffetín, el Breve), no vamos a pasar de otro escándalo. Y ya lo dijo alguna vez Tomás Eloy Martínez: "Cada vez que un periodista arroja leña en el fuego fatuo del escándalo está apagando con cenizas el fuego genuino de la información" (Defensa de la utopía, www.fnpi.org).

Y es que el fondo del asunto no es ni el vocabulario de sus participantes, ni las escandalosas filtraciones, ni el abuso de poder, ni siquiera Lydia Cacho. El fondo del asunto es ¿qué están haciendo las autoridades...

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