Tolvanera/ Coctel Tijuana

AutorRoberto Zamarripa

Tijuana.- La plaza está caliente. Hierve. Tijuana vuelve a ser un sensor de la inseguridad pública en el País y no ha pasado un mes cuando ya registra una violenta recomposición de las capas profundas, aún con saldos imprevisibles. Un jefe de la Policía Municipal asesinado, el desmantelamiento de una banda de sicarios cuyo objetivo era, según sus dichos, desestabilizar Tijuana mediante una sucesión de homicidios contra personajes clave, y la detención de quien es considerado el auténtico jefe del cártel de esta ciudad fronteriza, Jesús Labra Avilés, manifiestan la intensa guerra por descabezar grupos y gangs criminales.

Compiten también las autoridades federales y las estatales, en medio de una batalla donde sus cuerpos policiacos se encuentran plenamente infestados de los empleados de esos grupos criminales que disputan a sangre y fuego el control estratégico de la plaza tijuanense. Si fuera una historia de policías, el ámbito quedaría circunscrito a las páginas rojas. Pero es mucho, muchísimo más que eso. Una concatenación de hechos, no necesariamente vinculados unos con otros, pero irremediablemente coincidentes en sus resultados, manifiesta la encarnizada batalla que hay por Tijuana, ligada estrechamente a los procesos político-electorales por venir.

Tijuana ha sido el centro privilegiado de inversión y diversión de la familia Hank, particularmente de Jorge Hank Rohn. El Hipódromo Agua Caliente como el negocio polémico y las distintas redes de inversión y especulación financiera aquí erigidas, han mantenido a los Hank como un grupo poderoso en la región. Pero muchos han sido los avisos de su retiro. Desde la grave enfermedad del profesor Carlos Hank, quien ha tenido recurrentes visitas a hospitales estadounidenses, hasta las presiones externas para que comparezcan en Estados Unidos a fin de que aclaren distintas situaciones relacionadas con el origen de sus fortunas, manifiestan un toque de retirada que empieza a sentirse claramente en Baja California.

Un ingrediente adicional cataliza ese retiro: la derrota de Roberto Madrazo en el proceso interno del PRI. Si había una plaza en la que el madracismo tuviera organicidad y recursos era en Tijuana. Desde Lomas Taurinas hasta las zonas residenciales el madracismo creció y se convirtió en un factor influyente en el comité priísta, siempre bajo el financiamiento de Hank Rohn, quien apostó todo por el triunfo de Madrazo. A pesar de ello, los controladores institucionales del PRI, adscritos a...

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