Confronta Yazpik al pasado

AutorMauricio Angel

En el apacible pueblo de San Ignacio, un día llovieron 500 paquetes con un polvo blanco y los cerca de 300 habitantes lo aprovecharon como cal para remarcar el diamante del campo de beisbol o para poner en sus baños.

Eso horroriza al Chato (José María Yazpik), quien, tras 10 años de haberse ido del pueblo para hacer carrera como actor en Hollywood, regresa para salvar a su gente de la mafia de Tijuana.

Porque los paquetes en realidad son un cargamento de cocaína que cayó de una avioneta, mismo que el Chato debe juntar antes de que el jefe decida desatar la violencia, aunque en el camino su pasado lo confronta.

Esa es la historia de Polvo, debut de Yazpik como director, rol que adoptó, además de protagonizar el filme que estrena mañana, para tener control de la narrativa.

"Dirigí por el control, para que no se desvíe del propósito de la historia, que es mantener la reflexión sobre los reencuentros, las decisiones que hemos tomado en la vida y sus consecuencias, el paraíso perdido y cómo es volver a las raíces.

"No quería que se fuera hacia el lado de historia de acción de narcotráfico, porque no lo es, ni hacia el lado de la comedia romántica, que tampoco es", explicó Yazpik en entrevista.

En su regreso, el Chato se encuentra con que las cosas cambiaron, como con su novia Josefa (Mariana Treviño), quien rehizo su vida tras darse cuenta de que el Chato no volvería en los dos meses que había dicho.

"El personaje va sin tener mayor control sobre lo que va a hacer con su vida...

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