CONSUMIDOR INTELIGENTE / Educación para todos

AutorMoisés Galindo

"La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo".

Nelson Mándela

La educación es la formación destinada a desarrollar las capacidades afectivas, intelectuales, morales y profesionales de las personas, según la cultura y las normas de convivencia que prevalecen en la sociedad a la que pertenecen.

Una persona adquiere una determinada formación mediante procesos que facilitan su aprendizaje, adquisición de conocimientos, creencias, hábitos, habilidades y valores a través de las diferentes técnicas de enseñanza.

Con educación usted sabrá más y más; es importante porque cuanto más sabe, más control y libertad tendrá, obteniendo nuevas variables para moverse por la vida. Porque cuanto más educado está crecerá su autoestima y será más capaz de dominar el mundo que lo rodea.

De ahí la importancia que haya educación para todos, como una estrategia para mejorar la calidad de vida y la economía de las personas.

Jorge Meléndez expresa que "las estrategias exitosas demandan de una impecable ejecución". Pensar en grande es importante, sin embargo lo es aún más llevar las ideas a la realidad con inspiración, disciplina, magia y excelencia.

En la ley de educación dice:

"Todo individuo tiene derecho a recibir educación de calidad en condiciones de equidad..., todos los habitantes del País tienen las mismas oportunidades de acceso al sistema educativo...".

"El Estado está obligado a prestar los servicios educativos gratuitamente, con calidad, que garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para que toda la población pueda cursar...".

Al emitir estas leyes se comete el error de promulgarles sin una autorización presupuestal mínima, que permita sustentar su correcta aplicación. Ante la incompetencia surgen las instituciones privadas.

Pronto podrían incluir a la educación superior; sin embargo, persiste el rezago en la educación elemental con graves consecuencias.

Más de 120 mil jóvenes -promedio anual- se quedan sin ingresar a alguna de las carreras que imparten en la UNAM. Este patrón de rechazo, común entre todas las universidades públicas, genera algunas preguntas:

¿Por qué si hay tanta demanda para formar jóvenes, la UNAM solo admite entre un 8 y 10 por ciento de sus aspirantes? ¿Cuántos vuelven a intentarlo? ¿Por cuánto tiempo más? Si los rechazos son por su nivel académico ¿Qué hace la UNAM para compartir estas deficiencias con los directores de las escuelas de los alumnos rechazados?

¿Se imagina rechazar en su empresa al 90...

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