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En contacto con la naturaleza

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AutorMa. Esther González

Ubicado a dos horas de distancia de la Ciudad de México, la visita a Valle de Bravo se convierte en una aventura desde el momento en que se toma carretera.

El camino se presta para realizar diferentes escalas, una de ellas es la Marquesa donde se puede desayunar; el segundo punto es la población de los Saucos que permite al viajero rodearse de las mariposas Monarca que llegan a la zona de diciembre a marzo.

El clima desciende conforme el visitante se acerca a Valle de Bravo, un espacio boscoso que suele crear una atmósfera fría pero recibe al viajero cálidamente.

Su clima es sólo el pretexto para aquellos que quieren pasar el fin de semana en una cabaña con chimenea, practicar deportes extremos o actividades en familia.

Casas de ladrillo con acabados de madera, balcones que salen de largos muros blancos, tienditas y farmacias caseras son las construcciones y servicios que acompañan el recorrido de sus calles inclinadas y empedradas.

En el zócalo se reúnen los habitantes para esperar a que el tiempo pase lentamente; niños y ancianos compran paletas, agua de sandía, chicharrones caseros con salsa o frutas picadas con piquín.

En este punto también se encuentran algunos hippies que venden collares con piedras que recolectaron durante su andar por el mundo y que platican, con quien esté dispuesto a escuchar, lo que vivieron y cómo fue el ambiente durante el festival de Avándaro en 1971.

La visita a la iglesia del Cristo Negro es imprescindible, la tradición religiosa de la población se refleja en cada cuarto con cartulinas que exponen peticiones especiales a diferentes santos y ofrendas para agradecer los milagros concebidos.

Valle de Bravo es el lugar perfecto para estar en continuo contacto con la naturaleza, está rodeado por diferentes cascadas, como la del Velo de Novia y también es posible recorrer la granja de avestruces para conocer cómo viven y conviven estas especies.

La laguna que rodea a Valle Bravo se formó artificialmente en 1955 por la construcción de la presa Miguel Alemán y actualmente es el lugar idóneo para practicar veleo y esquí.

Golf, equitación, ala delta, parapente...

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