Coordenadas / Lo que no van a hacer las reformas

AutorEnrique Quintana

Ni la reforma fiscal, ni la reforma electoral, pese a los méritos que tienen, van a sentar las bases para que México sea más productivo.

A pesar de que se logre un acuerdo en materia de reforma a las leyes electorales y en cuanto a disposiciones fiscales, persistirá en México una de las deficiencias que más limita nuestro desarrollo: la incapacidad para establecer un rumbo claro.

Persisten diferencias de visión entre las fuerzas políticas, las que van a emerger en el futuro inmediato y muy probablemente impedirán hacer los cambios que realmente aseguren que el País pueda crecer más rápido y con estabilidad.

Estos cambios no los conseguirán ni la reforma fiscal, ni tampoco la reforma electoral.

La reforma fiscal tiene dos debilidades.

Sólo generará los recursos necesarios para enfrentar las demandas adicionales de dinero en el corto plazo, derivadas de los compromisos financieros que ya se han adquirido, como las pensiones y los Pidiregas.

Se quedará muy corta respecto a las necesidades de dinero para modernizar la infraestructura y los aparatos del Estado.

La segunda debilidad es que no cambia esencialmente los mecanismos de asignación del dinero público por lo que el propio aparato del Estado, en su ámbito federal, estatal y municipal, habrá de consumir pronto los recursos obtenidos, como si fuera agua que se filtra en la arena.

En cuanto a la reforma electoral, tendrá el mérito de reducir el costo y duración de las campañas y a través del cambio en la organización del IFE le dará nuevamente credibilidad entre los partidos políticos a ese organismo.

Además limitará el poder político que habían obtenido las televisoras y radiodifusoras, que se han lanzado en una campaña inédita en contra del Senado.

Resultaba muy curioso -por decir lo menos- ver a concesionarios que por años se sometieron cómodamente a los dictados del gobierno, erigirse en campeones de la libertad de expresión.

Pero, esta reforma, con todo y lo positivo que tiene no va a establecer reglas para la gobernabilidad en el largo plazo.

No permitirá el funcionamiento del sistema parlamentario en una condición en la que no hay mayorías absolutas ni cambiará la relación de la clase política con el electorado a partir de establecer la reelección directa de diputados y presidentes municipales.

En otras palabras, el País no saldrá de este ciclo de reformas con una plataforma que le permita crear las condiciones para procesar mejor los cambios institucionales que hagan posible un mayor...

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