COORDENADAS / Las nuevas prioridades

AutorEnrique Quintana

A lo largo de este año ha cambiado la estructura del gasto de la población, sobre todo de la clase media.

Los mexicanos nos hemos vuelto cada vez más selectivos con nuestro dinero, pues en los últimos meses ha escaseado y nos hemos dado a la tarea de fijar prioridades.

Aunque en términos generales las ventas de los comercios agrupados en la ANTAD se han estancado en los primeros siete meses del año, hay fuertes contrastes según el tipo de producto.

Es curioso, pero lo que más se ha vendido en este año son zapatos.

Quizá los agujeros en las suelas de los años anteriores hacían inevitable renovar, así que el crecimiento de las ventas en este giro fue de 3.6 por ciento.

A la cola, el tipo de productos que ahora muy pocos están comprando son los llamados "enseres mayores", que están formados principalmente por muebles y electrodomésticos.

La caída en este lapso fue de 5.4 por ciento hasta julio.

Si el dinero no alcanza, lo último que vamos a hacer ahora es cambiar el refrigerador o la sala.

La llamada línea blanca también tuvo una caída en sus ventas de 4.7 por ciento, lo que confirma la imagen de que a menos dinero, la gente lo dedica a los usos más indispensables.

El consumidor mexicano a veces actúa irracionalmente y luego de comer en la calle unos taquitos de 25 pesos acude el fin de semana a una cantina en la que se gasta 250 pesos. Eso es cultural y no ha cambiado.

Pero en otros ámbitos se ve claramente que aquellos productos que no son prescindibles son los que menos han sido afectados por el ciclo económico, como los abarrotes y los productos perecederos.

Por otro lado, ya le hemos comentado en varias ocasiones que la confianza de los consumidores mexicanos va a la baja.

Y si ese índice se mantiene en niveles que están por los suelos, prácticamente todo el gasto, o por lo menos la mayoría, se va a destinar a la adquisición de los bienes y servicios más elementales, lo que podría pegarle muy fuerte a las tiendas departamentales y a algunas de las especializadas.

Pero no piense usted que los únicos que van a sufrir son los negocios de estas cadenas.

El comercio es el último eslabón de la cadena productiva y una caída en las ventas -por ejemplo- de ropa implica que quizá haya muchos fabricantes nacionales a los que no se va a renovar el pedido.

Esto, a su vez, va a significar probablemente una pérdida de empleos a escala nacional.

De hecho, el problema se aprecia claramente en el empleo manufacturero. Hubo una pérdida de 110 mil empleos en...

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