Corazón tapatío

AutorRebeca Pérez Vega

El corazón de Guadalajara late en la Plaza de Armas.

La existencia de la explanada se remonta varios años después de la fundación de la Ciudad, a la segunda mitad del siglo 16, pero desde su construcción se convirtió en el centro de la convivencia tapatía y todavía lo es.

Pero, desde 2015 ha padecido las obras de la Línea 3 del Tren Ligero, y el mes pasado debió cerrarse a la circulación para ser sometida a una cirugía mayor.

"Junto con Palacio de Gobierno y la Catedral, la Plaza de Armas es el corazón de Guadalajara, para los tapatíos es de mucha importancia, porque es un espacio público de enorme vitalidad.

"Por ahí transitó Miguel Hidalgo hasta Pancho Villa, se trata de uno de los espacios más significativos", relató el historiador Guillermo Gómez Sustaita.

El trazo de la plaza como se conoce actualmente es de principios del siglo 17.

Se empedró el terreno y se instaló una pila que servía para abastecer a los tapatíos de agua, que luego cambió por una fuente -la primera de la Ciudad-, y varios árboles.

A lo largo de su vida, la explanada se fue modificando y sus usos fueron múltiples: desde punto de reunión a escenario para "ejecuciones de los condenados a muerte y de las penas corporales por diferentes delitos", hasta las serenatas musicales de la Banda Militar de la Gendarmería del Estado, hoy Banda de Música del Estado, según el libro El Corazón de Guadalajara, de Lucía Arévalo.

A pesar de sus variadas ocupaciones, la plaza se convirtió en la más importante de Guadalajara durante la época de la Colonia.

Poco a poco se le colocó energía eléctrica y se hicieron varias transformaciones hasta que a principios del siglo 20...

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