Cosquillas relajantes en Madrid
| Autor | Carlos Rubio |
Corresponsal
MADRID.- Sensaciones placenteras, emociones dulces y un relajamiento profundo a través de un delicado masaje a base de cosquillas es lo que produce una sesión en Cosquillearte, espacio único en el mundo abierto en la capital española para crear un estado físico y emocional con el objetivo de recuperar la calma y la paz interior.
Lourdes Nieto, terapeuta de Cosquillearte y la primera "cosquillóloga" del mundo, explica que este tipo de terapia relajante es toda una novedad en el campo de los masajes y tratamientos antiestrés por su forma de abordar la sensibilidad corporal de las personas y su relajación.
"La terapia se ha creado sobre la marcha, experimentando en las camillas", dice, y agrega que pese a que ella e Isabel Aires, propietaria y creadora de este espacio, sabían lo que querían al ponerse desarrollar los protocolos de Cosquillearte, había que darle a estas terapias un toque, además de técnico y terapéutico, emocional, para conectar a las personas que se someterán a él con un estado de bienestar que las vinculará con su interior más profundo.
"Para ello, mezclamos conocimientos de reiki, shiatsu y quiromasaje, dando forma a un tratamiento con el que la gente se siente fascinada, ya que también personalizamos las sesiones de acuerdo a la reacción de los clientes, pues a veces hay personas a quienes no les gusta que las toquen en determinadas zonas del cuerpo, por hipersensibilidad o cualquier otra razón", afirma.
La cosquillóloga precisa que tras una larga experiencia dando masajes relajantes y de todo tipo, nunca antes había llegado a ver la alegría con la que sale la gente tras haber recibido un masaje a base de este tipo de cosquillas.
"Es muy gratificante para mí como terapeuta", confiesa.
Por su parte, María Nájera, coordinadora de relaciones públicas de Cosquillearte, subraya que la terapia de este espacio no se trata de risoterapia ni nada por el estilo, ya que el tipo de sensaciones que esa técnica provoca, si se aplica de forma continua por más de cinco minutos, acaba siendo más una tortura que una experiencia relajante para quien la recibe, pues genera nerviosismo.
"En cambio, nuestros tratamientos consisten en pequeños roces que generan sensaciones en la epidermis, algo que nos remite a nuestra infancia y adolescen- cia", indica.
En un ambiente que a base de pequeños detalles crea un entorno muy agradable donde la música y los olores invitan al descanso y a desconectarse con el mundo externo, una sesión...
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