Crean desde el confinamiento

AutorRebeca Pérez Vega

Conciertos solidarios

La industria de la música se ha visto seriamente afectada con la pandemia del coronavirus.

El telón bajó, los equipos técnicos fueron desconectados y el público debió aislarse en casa, pero la música no han dejado de sonar, al contrario, se ha convertido en una melodía solidaria para los propios artistas, pero también para la comunidad, expresa Chemín Santillanes.

El trompetista, con una trayectoria de más de 15 años en la escena musical, decidió aplicar a uno de apoyos que el programa SumArte en Casa dispuso para ayudar a la comunidad artística.

Esta plataforma de rescate impulsado por la Secretaría de Cultura de Jalisco se integró con una bolsa de 30 millones de pesos. Desde que se inició el programa, a finales de mayo, se han entregado 2 mil 542 estímulos, que representa 68 por ciento del total de los 3 mil 750 apoyos que contempla el plan.

De los montos ya entregados, mil 500 se ha repartido entre músicos, cifra que representa 60 por ciento del total de los artistas apoyados. Hay una escena sonora vibrante en la Ciudad, que incluye a grupos de música popular, rock, jazz, hasta intérpretes de conservatorio.

A Chemín le interesó participar en este programa porque en los primeros meses de la pandemia no hubo muchas opciones para sobrevivir. El integrante de los grupos Fanko y Le Funk Party, tenía en promedio 10 fechas por mes, pero todo se canceló de súbito por lo que decidió inscribirse.

"Este confinamiento nos ha dejado mucho aprendizaje, hubo muchos conciertos cancelados pero la verdad es que siempre he sido muy optimista y este camino ha sido de entendimiento, de asimilar que la única constante es el cambio y mas que deprimirme me inspiré más", expresa el también productor y compositor.

Además de musicalizar comerciales y hacer distintas colaboraciones con colegas, el trompetista aplicó a SumArte en casa con un proyecto para llevar su música a plazas, calles e incluso hacer algunos recitales desde su azotea, como una señal de empatía hacia su comunidad.

"Yo veo una gran oportunidad de unificar las artes, en mi casa de repente tocó la trompeta para mis vecinos, mientras mi amiga pintora hace un cuadro en su taller, a unos metros, o mientras mi mujer que es bailarina, hace una coreografía, el arte tiene el poder de sensibilizarnos, conmovernos, aunque no haya un foro lleno con mil personas", relata.

Además de realizar estos conciertos espontáneos desde las calles o la azotea, Chemín trabaja en conjunto con el...

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