Cura los cuerpos y salva las almas

AutorJuan M. Frausto

No sólo se dedica a salvar las almas de las personas, sino que en ocasiones un sacerdote también tiene la oportunidad de intervenir en la sanación física de algunos lesionados.

La vocación de sacerdote de José Luis Orozco Castañeda lo llevó a extender un poco más su campo de trabajo y por ello ayuda a los paramédicos de la Cruz Roja cuando hay algún accidente fuerte.

"Fue una vocación de servicio a los 8 años, trabajé como acólito desde pequeño y se me fue haciendo como un ideal poder ser sacerdote", mencionó Orozco Castañeda.

Su sueño de ser sacerdote tuvo que esperar hasta que cumplió los 20 años ya que tenía que ayudar a solventar los gastos familiares que eran precarios en su casa.

"Trabajé en un taller de torno, en Aurrerá de dependiente del departamento de caballeros, me gané la vida boleando zapatos, le ayudé a un señor a vender hot dogs, barría camiones, lo que se pudiera hacer".

En 1990, cuando aún estaba en el seminario, les mencionaron que había un lugar en la Cruz Roja para realizar labores de sacerdocio, pero nadie se quiso apuntar con excepción de Orozco Castañeda.

"Al principio sí me daba un poco de miedo de ver a gente así despedazada y eso, no no no, porque en ese tiempo la Cruz Roja sí levantaba a los muertos, pero encontré una forma de servir ahí".

"La primera vez que fui ahí me tocó decirle a los padres de un joven que se cayó desde 18...

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