Da forma a la hojalata

AutorViridiana Flores

Sus manos transforman la dureza de la hoja de lata en piezas únicas. Con la ayuda de pinzas, tijeras, picahielo y martillo, José Luis Arzola Tovar (San Miguel de Allende, 1957) dedica su tiempo a elaborar llaveros, separadores de libros y enmarcar pequeños espejos que vende a unos pasos de su casa, en el tradicional tianguis de Tonalá. Este oficio lo aprendió de su padre Guadalupe Arzola y relata que su bisabuelo Sebastián Arzola soldaba tinas y cántaros de leche.

"Esta técnica viene de los españoles, cuando llegan a México traían botes grandes donde conservaban ciertos alimentos, pero los desocupaban y andaban rodando. Entonces, surgieron las colonias españolas y protestaron ante los botes tirados. Era cuando gobernaba Carlos V, quien dio la orden de hacer cosas utilitarias con ellos en la Nueva España", relata el guanajuatense, que llegó a Tonalá en 1970.

Después, añade, entraron los Reyes Católicos que dieron la instrucción de hacer objetos para los templos como retablos y candelabros.

Fue hasta 1985, tras restaurar una "capillita de lata" (nicho) del siglo 19 y con la imagen de la Dolorosa, que lo motivaron a dedicarse por completo al rescate de esta técnica, que con el tiempo detonó su interés en la creación de un museo con piezas de su autoría y antigüedades que adquiría.

Ahora su casa, ubicada en Francisco I. Madero 295, en el centro de este Municipio, reúne más de mil 300 piezas, todas exhibidas.

"Yo lo que quiero es que vengan a visitarme, principalmente los mexicanos, para que reconozcan el valor histórico (de la técnica), que es muestra de la fe y el arte que nos identifica. Además, en...

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