Dan insectos sentido a su vida

AutorVerónica Ramos

Fotos Tonatiuh Figueroa y Luis Fernando Moreno

¿Qué tal unos tacos de crujientes chinches? ¿o bien, liberar un centenar de mariposas en una boda, en vez del tradicional arroz?, ¿o quizá, esclarecer un asesinato con ayuda de un escarabajo?

Probablemente suene a ciencia ficción o fantasía, pero éstas son sólo algunas de las utilidades que los insectos pueden traer al hombre y las cuales son estudiadas por Hugo Fierros López, entomólogo de la Colección Entomológica de la Universidad de Guadalajara.

"A lo que yo me dedico es a la taxonomía de insectos, que es en términos generales el saber qué especies hay en Jalisco", platica, " y como los insectos son uno de los grupos más grandes (al menos 900 mil especies descritas) de seres vivos, solamente abarco un grupo que es el de los escarabajos".

Un entomólogo es básicamente quien se dedica al estudio de los insectos, su modo de vida en todos los aspectos y sus funciones en la naturaleza, indagación de donde se desprenden diversas áreas específicas como genética y biología molecular, por citar algunas.

Dado que se trabaja con organismos muy pequeños y su oficio requiere gran meticulosidad, entre algunas de las cualidades inherentes para desempeñar bien la labor se encuentran el ser buen observador, paciente y sobre todo, dedicado.

Además, es necesario tener habilidad y gusto por el trabajo de campo, en donde se da toda clase de experiencias y aventuras, como cuenta Fierros.

Del campo a la caja

La clasificación, manejo y estudio de los insectos es un trabajo que implica varias etapas, un bicho con todos los datos necesarios y la taxonomía adecuada no llega por sí solo a la colección.

"Lo primero es el trabajo de campo, obviamente, y dependiendo del grupo que se quiera colectar es la técnica de captura utilizada; se pueden usar trampas con cebos, con redes o, incluso, con la mano directamente".

El siguiente paso consiste en depositarlos en recipientes con alcohol al 70 por ciento si se trata de insectos pequeños, en el caso de especímenes mayores se colocan en cámaras letales.

Generalmente, cuando se regresa del campo hay que limpiar los bichos, así que se les cambia el alcohol en el mismo porcentaje.

Posteriormente viene el montaje, etapa en la que se deja secar al insecto lejos del sol colocado en un alfiler entomológico o, si es muy pequeño el organismo, se pega en un trozo de papel.

"Una vez secos se etiquetan con los datos de colecta, que van desde el país, el estado, el municipio, el tipo de...

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