Dan refugio a estudiante

AutorMario Gutiérrez

Aunque la bufanda le permitía tapar su rostro si era necesario, había tomado todas las provisiones para no ser reconocida ni identificada.

Llevaba semanas escapando de los agentes de inteligencia y de los policías de la temida Dirección Federal de Seguridad (DFS). Conocían su rostro, a sus padres, la dirección de su casa y tenían en su poder documentos personales.

Sabían todo de ella. Se había escapado y la querían de regreso. Por eso, la bufanda no era una medida exagerada, tampoco la peluca, ni la falda larga ni el suéter gastado.

Así llegó a Guadalajara, con el cuerpo oculto bajo un mar de ropa y otra identidad, la de Adela, su segundo nombre y el que utilizaba para despistar en los interrogatorios.

Myrthokleia González Gallardo huía de su presente, de la persecución desatada en contra de ella y de cientos de jóvenes que participaron en el movimiento estudiantil del verano de 1968.

El 2 de octubre, exactamente hace 40 años, esta mujer de pelo oscuro, tez blanca y facciones delgadas observaba desde una posición privilegiada a la multitud de estudiantes, profesores, amas de casa, obreros y sindicalistas que llenaban la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, en el Distrito Federal.

En el tercer piso del edificio Chihuahua, junto a los miembros más destacados del Consejo General de Huelga (CGH), Myrthokleia tomó el micrófono a las 18:00 horas para iniciar el multitudinario mitin convocado para ese día. Miles de personas estaban reunidas para exigir libertades, mejores condiciones laborales y cambios políticos.

Como maestra de ceremonias, la representante de la Escuela Técnico Industrial Wilfrido Massieu del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ofreció la bienvenida y cedió la palabra a los oradores.

Tras las primeras intervenciones, una bengala verde iluminó el cielo y provocó inquietud entre los asistentes. Pero con la bengala roja iniciaron los disparos, recuerda Myrthokleia. Observó a personas caer y no levantarse. Eran balas de verdad.

El mitin duró sólo unos minutos.

Los miembros del CGH corrieron y en segundos aparecieron soldados pertenecientes al Batallón Olimpia y agentes con rasgos militares.

Myrthokleia fue detenida y permaneció boca bajo durante horas. A la medianoche la trasladaron a un departamento vacío del edificio Chihuahua junto con otras personas que habían estado en el mitin.

Con el argumento de tener una supuesta orden de aprehensión en su contra, dos hombres la sacaron del departamento y la llevaron en ambulancia a...

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