Daniela Sánchez / Hazte grande, UAG
| Autor | Daniela Sánchez |
El miércoles 26 de septiembre del 2018 es un día que jamás olvidaré.
Dentro de la arboladas instalaciones de la Universidad Jesuita de Guadalajara y en contra de todo pronóstico culturalmente impuesto por la comunidad tapatía, un grupo estudiantil conformado en su mayoría por mujeres se levantó para reclamar a las autoridades académicas que se hubiera cancelado un diálogo en torno al derecho a abortar. Entre gritos y vítores, las alumnas consiguieron que se reabriera la oportunidad al diálogo. ¿Lo más interesante de todo? No todas las personas que se presentaron aquel día a la protesta estaban a favor del tema a debatir, sin embargo y representando en su más pura esencia el espíritu de educación jesuita, alzaron la voz junto con sus compañeras para exigir el derecho al diálogo seguro dentro de las instalaciones de su querida universidad, recordándome aquella célebre frase "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo".
Ese día el ITESO se hizo enorme. El Rector en ese entonces, José Morales Orozco, introdujo a las ponentes al iniciar el diálogo, pidió disculpas por el manejo de la situación y estableció la postura jesuita frente al tema a dialogar, haciendo profundo énfasis en que la diferencia de posturas no es materia suficiente para censurar una tendencia sociocultural y menos en una comunidad académica. Nunca me sentí tan orgullosa de pertenecer a esa institución educativa, tremendo y admirable valor del Rector.
No resulta sorpresivo que exista una tendencia mundial que promueva los derechos de las mujeres y que cada día se sumen más activistas a los movimientos feministas. Por otro lado, sí es sorpresivo y desagradable enterarse de casos donde se evidencia la falta a los derechos de las mujeres y las actitudes frente a un sistema de violencia que, realmente, nos está matando, pues mientras en algunas universidades tapatías las mujeres gritan con paliacate verde en cuello por los derechos de sus hermanas, en otras instituciones son ignoradas cuando piden respeto por su cuerpo.
Ya hace 83 años que se fundó la Universidad Autónoma de Guadalajara y parece que los años no han transcurrido para su retrógrado funcionamiento, con su lema "Ciencia y libertad", los extintos tecos se jactan de progreso y valores, cuando en realidad, poco caso han hecho a las múltiples acusaciones de acoso que emiten sus alumnas. El 27 de noviembre de 2018 el Huffington Post publicó un artículo donde...
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